No quisiera, no pero se me arrastra sigiloso hacia el fuego
la negrura se me traga como el hombre come del plato
me devoran mis patas negras de hielo y mis ojos se enrojecen
y odio y hiero y muero por dentro y muerto quiero muerte
quiero muchos cuerpos inertes bajo mis pies fúnebres
y me convenzo y reniego y argumento contra mis pasiones
y mi razón lucha y mi abril quiere, y mi árbol crece fuerte
pero en seguida se pudre y en su podredumbre duerme ella,
siempre eso, de lo que huyo, lo que me niego,
la maldad que yace en mí, toda mi tristeza, mi gangrena
mis ganas de morir.
Ello
Araña.
Ahora que he probado lo sano,
lo fértil, la esperanza, lo humano
no quiero volver a mi anterior
me aterra mi pasado de soledad continua
esos paseos eternos soportando mi carencia infinita
mi tristeza compañera
Que me aten a una cama y me usen para las pruebas de la medicina
curen a mi hermano con mi cuerpo y que se me anule la necesidad
de seguir viviendo
Así yo podría morir en paz, sabiendo que ya no soy responsable de nada
Pidiendo perdón a mi hermana, y a todos cuantos me aprecian
de verdad... ¿no entendéis cuanto el mundo me hiere? No os culpo
Dios os quiere. Pero a mi dejadme un minuto en la paz que hallaré
reuniéndome con la nada. Y si solo por un instante se me permitiese vivir
tal y como lo deseo. Aparecería en medio de un bosque,
con blancas ramas y granates pétalos, con plantas sanas y un frío gélido
Con cristales de hielo en húmedo y limpio suelo.
Yo me sentaría junto a un árbol de hueco tronco, como mi cuerpo y su persona:
vacío por dentro.
Y su tronco me abrazaría y yo sentiría el calor de mi madre del que un día salí.
Siendo así humano e hijo de los árboles. Así es como desearía haber vivido.
Refugiado dentro de un árbol. Cazando conejos con rudimentarias herramientas
viviendo solo, rezando al anochecer a ídolos de piedra, bebiendo agua de un río,
tirando piedras dentro en los momentos anodinos, viviendo lejos de los humanos,
siendo criado por ciervos y ardillas.
Si tan solo se me permitiera vivir un instante esa vida animal, estaría feliz.
Mi existencia es la fuerza de un huir de lo humano.
Mi carencia es la falta de trascendencia,
pues no puedo evitar que idea tal, me haga este daño.
infrahumano ya me escondo bajo las piedras de mi lamento
y en este infierno de circunstancias que reniego de llamar mías
me nacen ocho patas a mi espalda y sufro por lo que ello supone
me gustaría ser abril, distraerme con los apetitos de mi mente
encontrar la felicidad en la cotidianidad y hasta en mi lecho de muerte,
ese que hoy me deseo.
No creo que haya nadie capaz de comprenderme.
¿Cómo es posible que naciese un ser incapaz de amar
y ser amado como el quiere?
¿por qué no puedo librarme de esta conciencia anónima
que en mi esquizofrenia he llamado araña?
es horrible, sencillamente horrible.
Y tengo que lucir todos los días una mentira de sonrisa
y reír y preocuparme por mundanos asuntos humanos
no hechos para mí
fingir y en este rincón llorar porque nadie ha sabido enseñarme lo que es el calor
y en mi eterno hibernar,
deseo que este soñar
sea un morir...
pero tantos sufrirían...
y mi pena por la suya hace que pierda las ganas y me obligue a revelarme
contra esta araña insana que me hace detestar todo cuanto toco y veo
Y juro por mi debilidad que no puedo más
que he sido superado y a veces quiero disculparme y marcharme al otro lado
pero me controlo
y temo el día en que deje de hacerlo.
Y en mis horribles ratos de araña deseo la muerte a las grandes masas
deseo convertirme en un genocida y hacerle saber al mundo el daño que siento
o tal vez busco encontrar a un hombre bueno que, por mis crueles actos, me dé la muerte
ya que yo no tengo valor, ni razones, ni egoísmo suficiente.
Lo siento.
Atentamente: una araña que no pudo mudar en primavera.