La atrocidad formará parte de la inconsciencia
y un yo que se pierde se sumergirá en las tripas
buscando algo, imagino
que llevarse a los dientes y masticar.
Por pasar el rato, y, de paso, sobrevivir un tiempo más
La ballena ha sido quizá la protagonista de este viaje
de lengua submarina en la que me he depositado.
Entre glándulas salivares duermo,
quizá no soy tan asqueroso, cuando no se digna a escupirme fuera
fuera de ella, yo mismo.
Dentro: la cosa.
Y entre medias de la metáfora: una vida indefinida
Hoy, si no abre la boca, no llegará el loco distraído
y el rey Lear volveré a ser yo solo.
Esta comedia se me hace larga, pero el viaje no se detiene
Ya no sé distinguir entre el movimiento y el reposo.
Sé que camino porque una rana que me acompaña,
debidamente trajeada como un buen inglés me lo dice.
Yo presumo que lo sabe porque tiene traje
y una chistera que me demuestra su indudable sapiencia
Es fascinante.
Sabe todo lo que se conoce sobre la fermentación de los órganos particulares
Comenta que una vez, hizo zumo de vida a partir del tuétano de un caracol
Creo que es fascinantemente curioso.
Entre el espectáculo y la espectacularidad de la rugiente barriga
compongo melodías que solo la rana escucha.
Juego con las tripas y las convierto en mi caverna presocrática.
Sienta bien estar solo a veces. Sienta bien ser persona.
A veces, la rana me sonríe, por filantropía, dice
Yo no entiendo sus mensajes encriptados, pero ella dice que habla de la vida
y que todo es más sencillo de lo que me figuro.
A si que he decidido no pensar nada, leer a Hegel el resto de mi vida y respirar con el esternón de los monjes tibetanos
Porque, puestos a ser marcianos, seamoslo con traje inglés y chistera.