Una hoja. Una simple hoja de un árbol otoñal, que
se desprende expirante del árbol y muere y ¿a dónde va a acabar? al suelo, a la
tierra. Muerta...
Eso soy, una hoja de un árbol, pequeña, muy pequeña,
con mi tamaño como la mayor de las ventajas, pues siendo tan pequeña, no
alcanzo nunca la muerte. No alcanzo el suelo, navego entre las olas del viento,
yendo de un lado para otro sin rumbo fijo. Ninguna fuerza de viento mantiene en
un mismo lugar, si quiero vivir no puedo estar atado a ningún sitio, por eso
vago, igual que vine... me iré de allá donde esté por mantenerme vivo, pero...
¿qué vida es esa? ... la mía, simple y llanamente, la vida de este ángel con
alma oscura que busca desesperadamente su razón de ser, únicamente con la desagradable
sensación de verse dramáticamente solo en este mundo de luces y sombras.
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