Es una entrada bastante mala, he de admitir que esperaba algo mejor por mi parte, estoy bastante descontento conmigo porque me gustaba la idea y el planteamiento pero creo que no he sabido hacerlo hermoso ni interesante. -.-" últimamente todo es basura en mi blog y siento arcadas artísticas.
Sus pies se alzaban sobre la fría arena. Todo a su alrededor era arena. Alzó la mano para tocar el cristal. Un témpano de hielo. El cristal siempre inmóvil marcaba el limite del mundo.
Sólo Dios está fuera.
El simplemente miraba fuera con su mano en contacto con aquella pared gélida, y es que cuando se ha comprendido la naturaleza del mundo todo es frío.
Tras un buen rato volvió. La pared de cristal describía una circunferencia y dentro todo era arena, ésta se hundía desde los límites hacia el centro en una depresión que cada día se volvía más profunda. En una de esas paredes de tierra que decrecían, casi llegando al centro, estaba tumbado Segundo.
"¡Oh! ¿ya estás aquí Primero?" dijo sin mucho entusiasmo. "Sí" solamente. "¿Has visto a Tercero?". "Sólo de lejos".
Primero se tumbó a su lado, pasaron un buen rato el uno junto al otro. Primero tenia la mirada puesta en el techo y sus remates doraros. Era una vista hermosa. Como tenía la vista fija en el infinito no podía ver si Segundo miraba al techo como él o simplemente dormía como solía hacer a menudo.
-¿Sigues dándole vueltas?- No dormía.
-¿Cómo no hacerlo?
Lanzó una carcajada -Claro, ¿cómo no hacerlo...? ¿Y bien?
-Somos finitos, limitados... imperfectos e ignorantes. Quizás no fuimos hechos para conocer los motivos de nuestra existencia y por ello nunca damos con ellos. Pertenecen a un orden mayor que nos supera por completo.
-¿De modo que desistes?-
-No puedo desistir, al fin y al cabo es lo único que puedo hacer seguir preguntándome una y otra vez lo mismo, por mucho que me estampe de bruces contra una pared de cristal, está en mi naturaleza el querer atravesarla....
Pasaron largos minutos en un silencio estelar.
Llego tercero entonces. Debían de haber pasado siglos en silencio. Se sentó con ellos.
-¿Qué es esta vez?
-He pensado que podría construir una gran tela en forma de esfera con una apertura por la que insuflarle aire caliente para que tienda a elevarse y que eleve con él un pequeño recinto en el que pudiéramos ir los tres.
Segundo rió. -En el hipotético caso de que consiguieras algo semejante creo que si debiera permanecer encerrado en un sitio pequeño con vosotros dos, hasta la poca sensatez de que dispongo estaría de acuerdo en precipitarme al vacío.
-Maldito seas Segundo, si quieres morir no tienes más que decirlo puedo darte el final que más gustes.
-Basta los dos.
-No tengas tanta prisa Tercero, Me iré tras el último grano de arena, ni antes ni después. He dicho.
Tercero se arrepintió por sus crueles palabras. Aquella persona la sacaba de sus casillas pero todo era una cuestión de percepción, lo que les separaba era una actitud, una postura. Nada más. Acto seguido, Segundo saco su estuche y de él su violín y comenzó a interpretar una de sus melodías. Primero junto a él y Tercero junto a Primero. Condenados a no entenderse, afortunados por tenerse, némesis todos de todos y a la vez todos completan la existencia de los demás. Razón contra emoción, y en mitad, la duda de no saber cual es más cierto.