la lluvia de un país en el cual siempre llovía
amo la lluvia, su descenso
su pureza, su agua fría
sonrío. Por él, sonríe mi alma tibia
Joyas de cristal, cada gota que caía
el fue cristalina luz
luz que todo lo encendía
En la noche más terrible, era abrazo y compañía
Toda luz y calor en las noches de tormenta
tal era su aura y maravilla
Lluvias, meses se sucedían
junto con mi tristeza y pesadillas
ver ahora que no está
no verle es igual a perder el mirar
la vista y las ganas de volverla a disfrutar
La lluvia es, decía, el lamento del cielo
que ocasionalmente cesa y se queda durmiendo
en un mar de nubes en las que aun
se esconden promesas de seguir lloviendo
No ver el sol. Ni querer verlo
Mi país de las lluvias siempre está sufriendo
Convertirse ya en un adiós, pluma de paloma
que se esfuma y escapa y moja el suelo
ser humano derrotado atacado por fantasmas
ser extraño y que tu gente
no conozca tu mirada
ser charco y reflejo de tu esperanza
de dejar de seguir sufriendo
seguir atrapado en el anhelo
de poder ver esa sonrisa
posada en la tierra blanda
soñar noche tranquila
escapar de aquesta nada
poder levantar barbilla
y a la lluvia aguantar mirada
ser feliz en la derrota
de una vida atormentada
Ver la lluvia como un fuego
que desde fuera abrasa el alma
y te dice, yo también lloro
sólo yo logro entenderte
llora, alma, llora
que en el llanto mio estás presente
llora, alma, llora
ahora que nadie puede verte
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