Pensé en cada dedo de mi mano como si no fuese mio
Sentí cada ralla insertada en mi cuerpo como no real
Arranqué mi harapienta piel de mi mente como si no la poseyera
y sobre mi conciencia no quedó nada útil
El reloj aun marcaba una hora temprana
como si el tiempo no pasara para los seres corrientes
como si todo fuera una sucesión de momentos e instantes
que constantemente quedan pendientes de ser marcados
Salí de un huevo y quede huérfano
Me tiré a la mar buscando algo que me fuera preciado encontrar
Y salí nadando aun más pobre
fingiendo que aquello que buscaba no era importante
Enfrenté montañas en mi empeño por ser mejor de lo que era
y sólo conseguí destrozar lo poco que me quedaba preciado
Ahora, sin cuerpo, ni bondad, ni nombre
Soy alma libre -por mi no contenido- y presa -por muerta-
con trazas de humanidad que me encaminan despacio
hacia la playa, mi madre. Hacia la tierra.
Mientras mis segundos se dilatan como función exponencial
sin llegar nunca a marcar la unidad siguiente
El día en que mi reloj funcione correctamente
ese día seré capaz de decir que he salido de mi dos mil doce
mientras tanto yo soy una suerte de ser durmiente
a la espera de despertar de este sueño en el cual nada me toca
ni me afecta, ni me duele, ni me gusta, ni me importa
Soy un ser paciente
sin mucho de interesante
intermitentemente apetente
no me importa esperar a las puertas de mi nebulosa vigilia
pero he de confesar que aquí fuera hace un frío que pela.
No hay comentarios:
Publicar un comentario