La eterna agonía de un porqué sin respuesta...

viernes, 25 de noviembre de 2011

¿Cómo definirlo? Dejémoslo en "una pequeña catarsis"...

Comencé así a levantar muros a nuestro alrededor, vigilando dejar siempre varios caminos que me condujesen a la salida consciente de posibles contratiempos, y que la llevase a ella por la voluntad de donde estos la condujesen sin dejarle opción, pero se tornaron las tuercas, su avance fue veloz y se acercaba a mi posición, yo, desesperado, empecé a levantar paredes allá donde iba, cerrándome sin buscarlo entre mis propios tabiques, sellando las escapatorias posibles. Solo me quedaban dos opciones: admitir mi derrota, reconocerla como dueña de mi alma (que lo era) y derribar mis construcciones que tanto me habían costado de levantar; o, por otra parte, llegados a ese punto podía echarme un farol, darle a entender que seguía teniendo el control y que seguía subyugada a mi voluntad, tendida bajo mi cuerpo y con ambas muñecas inmóviles ante la férrea atadura de mis manos. Aquello me reconfortaría al principio pero era consciente de las devastadoras consecuencias que me reservaba aquella elección. ¿Qué hice? Por supuesto, lo que hubiese hecho todo hombre con orgullo como yo, seguir adelante. Continué un baile sin música, una travesía sin brújula ni mapa, un futuro sin esperanza…

lunes, 21 de noviembre de 2011

Esa mano que me salva cada vez que me hundo, ese contacto que me dice contigo hasta el fin del mundo

Tu vida habrá tenido sentido siempre que cuando, al limite de tus fuerzas y entre leves sollozos pidas clemencia a una despiadada fortuna alguien te abrace y comparta la estocada del destino, atravesándoos a los dos indiscriminadamente, y su voz resuene en tu oído diciendo: no te preocupes, todo saldrá bien.

Gracias, por siempre.

Un segundo y luego... Muerte

Sólo aquel que es capaz de darse cuenta de la transitoriedad de la vida se da cuanta de cuan largos resultan los segundos...

Efimero ¿Acaso algien percibe lo verdaderamente dramático detrás de esa palabra? ¿El vacío que encierran sus siete letras?


Fin... desaparecer y no dejar rastro ni de lo que fuiste ni de lo que eres. Como prisioneros con pena capital caminando hacia la plataforma de ejecución. Incesantemente avanzamos. Y más allá, en el horizonte, el olvido se extiende esperando nuestro inevitable y próximo abrazo.

No sufras



No sufras, me dijo una vez una voz, no sufras, porque el sufrimiento solo trae más sufrimiento, la autocompasión no te sacara de tu desgracia y todo aquel que se retroalimenta de ella acaba en la máxima debilidad, se fuerte, y mira siempre a la vida de forma positiva, pues esta es tan solo un espejo y solo te sonreirá si la miras sonriendo.

lunes, 7 de noviembre de 2011

Centro y Norte...

Por un instante, solo un momento, no te sientas el centro. Se lo. El sol es el que nace y se pone, la tierra no gira, eres tu que al andar la mueves a donde deseas, siempre que triunfaste fue porque el hado quiso que así fuera, y si fracasaste fue porque la vida quiso enseñarte algo...
Dime ¿Algo cambia? ¿Quíen puede decirte que no es así? Piensa firmemente que nadie puede, y en ese mismo instante mira al futuro con la férrea promesa de que no te vas a decepcionar. Al fin y al cabo, todo el universo conspira a tu favor. Al igual que lo hace por cada uno de los que te acompañan. Ten lo que te acabo de decir tan presente como esto: Los necesitas. Vas a caer, mas veces de las que querrás y te vas a cansar de fracasar. Pero hasta el descenso desde la más alta cima puede salvarse con una mano tendida al final del abismo que diga: -Volvamos a intentarlo.

sábado, 5 de noviembre de 2011

Mi camino.

Si algo me ha enseñado mi camino es que todo son máscaras que cubren una razón de ser, los segundos se desvanecen, también las estrellas mueren. Los héroes fallaron y si lo eres, ten la seguridad de que nadie más que tú lo sabrá hasta después de tu muerte.
Las guerras se sucedieron allá por donde caminaba y la gente aún se atrevía de hablar de cordura, los siglos se sucedieron con cada uno de mis pasos. Lo vi. Pude verlo todo... yo, siempre incondicionalmente acompañado por la soledad...


Mis pasos continuaban incansables por un oscuro camino sin bifurcaciones pues ni éste mismo sabía a donde se dirigía, no cruce palabra con nadie, nunca... simplemente caminé viendo sucederse el día tras la noche o la noche tras el día. Caminaba, primero torpemente sobre un camino de hierba, luego de tierra, luego de piedra, luego de asfalto y de éste, surgió imperecedera, la hierba a la que había sustituido.
Caminé por bosques, ciudades, océanos y mares y solo me detuve una vez a mis diecisiete años, cuando mis exhaustos pies me preguntaron porque andaba y no encontré una respuesta que darles... Ahí empezó todo