La eterna agonía de un porqué sin respuesta...

lunes, 21 de noviembre de 2011

Esa mano que me salva cada vez que me hundo, ese contacto que me dice contigo hasta el fin del mundo

Tu vida habrá tenido sentido siempre que cuando, al limite de tus fuerzas y entre leves sollozos pidas clemencia a una despiadada fortuna alguien te abrace y comparta la estocada del destino, atravesándoos a los dos indiscriminadamente, y su voz resuene en tu oído diciendo: no te preocupes, todo saldrá bien.

Gracias, por siempre.

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