Un ser débil que, harto de maullar a la lejana luna, se limitó a ignorarla y ahora llora a solas la soledad correspondiente a su falta.
Ahora habita los cielos, un eterno mar en calma con dispersas y esponjosas nubes que nunca llegan a solapar la luz solar.
Cielo eterno. Mar
morir dormir
tal vez soñar...
sí, ese es el fin
Calmado mar decidme.
Eterno cielo contestad.
¿Sólo espera tempestad?
Dulce alma mía, escribe
describe una vez más
ese bosque, mi crimen
y redime mi despertar.
Este insípido mundo
aleja de mi paladar
tanto hace que confundo
que no sé ya confiar
que la nada amortiguara
que ningún dolor causara
tan sólo... la soledad....

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