La eterna agonía de un porqué sin respuesta...

sábado, 28 de junio de 2014

yo, compendio de promesas mal cumplidas



Desayuno cinismo edulcorado con grilletes de autocrítica mal digerida
cabalgo en pánico en yegua negra de mareas de tinta que me engullen
Soy un no-siendo estrambótico y deliberado, con premeditación y alevosía
Soy una herejía, mal que me pese, un gran día que se amanece truncado
Un café con sal me saca del ebrio abrazo y vuelvo la almohada y me escondo de...
mi reflejo es aquello que nadie desea tirarse a la cara
Me tiro desde las rocas, me despeño y nunca doy con la muerte
¿qué soy? un tío con suerte
suicida reconocido, hijo pródigo e ilegítimo, funesto gesto repetido en el funeral
de un don nadie.
Las cloacas son, mis aguas termales particulares, las ratas fueron las primeras listas.
Un Kafka se une a mi fiesta del alboroto y juego a arrancarle las patitas.
Me suena el celular, pero está empapado y sucio. Lo tiro a lo profundo

¡qué se lleven los deshechos el cemento de mis prisas!
¡quédeme yo en el imperio de mi podredumbre intelectual!

miércoles, 18 de junio de 2014

Kick The Kitty (ch.1)

Me siento tímidamente influido últimamente por un texto de una amiga que sigo y como yo soy como soy y no me puedo resistir he escrito algo del mismo estilo, no sé, por probar que nada quede... además va muy enfocado hacia el concepto de lo peligroso que tanto interés me está suscitando últimamente... Lo peligroso como arte y forma de exhumar el secreto amoral, lo peligroso como denuncia de un sistema que SI cobra víctimas. Lo peligroso para enseñar la cloaca de esta sociedad embellecida con máscara, aquí va un relato -que tal vez alargue- llamado Kick The Kitty.


La tarde transcurría con relativa paz. Estábamos en casa de Alex y yo estaba deseando que se fuera el sol y sus padres para poder empezar a beber cerveza, quien sabe, igual esa noche conseguía emborrachar lo suficiente a Jesica como para que me dejara acostarme con ella. Sonreí ante aquella perspectiva.... Aquella mañana había tenido que ir al instituto a hablar con el orientador y con mis padres, eramos tres entidades en la conversación pero aquello fue monológico. Yo repetía por tercera vez curso y tenía que dejar el centro. Mis profesores fingían preocuparse por mi futuro y citaban a mis padres.... Aquello era una putada. Yo, por mi parte, tras una mañana de disculpas del chupapollas de mi padre al capullo del orientador y un mediodía de gritos encolerizados, me preocupaba si aquella noche iba a poder acostarme con la chica que tenía cogida por el hombro. Así era yo, el perfecto ejemplo de desecho estudiantil, a nadie le importaba demasiado. Desde mi perspectiva, claro. A mis padres les preocupaba pero no conseguían nada con sus gritos, sólo que día a día me volviera más violento, más inestable, más irascible, más peligroso....

El sótano de Alex era oscuro y sucio pero olía a gasolina y ese olor en verano nos colocaba muchísimo con la maría. Habían bicicletas enganchadas en las paredes, con los radios torcidos y una capa de pintura que saltaba solo con mirarla. Habían también herramientas por toda la mesa de madera destartalada de la esquina, cajas apiladas en otras esquinas, electrodomésticos viejos vestidos con polvo.... Nosotros nos sentábamos en un sofá viejo de piel sintética marrón con gomaespuma sobresaliendo por agujeros y muelles desacolchados. Habían sillas viejas e incómodas, donde se sentaban los que no cabían en el sofá mientras los padres de Alex seguían en casa, luego cogían almohadones viejos -que también los había- y los tiraban por el suelo, luego ellos se tiraban por encima. Concha, la madre de Alex, nos prohibía tocar nada, estoy seguro de que pensaba que era una mala influencia para su hijo pero al estar ahí, junto a su núcleo familiar, creía que nos tenía vigilados, creía que podía controlarme. Cuando ellos se iban al club a las ocho, a jugar a las cosas a las que jugaran los cincuentones borrachos hasta las doce, nos mandaban a todos a casa. En realidad esperábamos en el porche de una casa abandonada dos calles más allá, de cinco a diez minutos. Luego Alex llamaba y volvíamos a su garaje a fumar hierba. Él se enrollaba con Amanda cuando quería dejar de beber y yo y Jesica subíamos al cuarto de sus padres. Jesica y yo eramos conocidos desde pequeños y a partir de los catorce siempre fuimos de la mano, ella empezó a beber cuando empecé yo, y yo a fumar cuando ella me enseñó. Desde los dieciséis nos enrollábamos gratuitamente, sin amor ni compromisos que valorábamos de absurdos. Ahora teníamos dieciocho, ella no me dejaba metérsela pero salvo eso no se me ocurría nada que no hubiésemos hecho sobre la cama de los padres de Alex.

Después estaban Mar y Jaime. La chica muy alta, esquelética, modelo caída en anorexia y recuperada... parcialmente, no era en absoluto apta para los estudios, a los quince años no tenía ni el pseudofísico ideal de la voraz industria de la estética ni tenía la pseudointeligencia requerida por esta sociedad a la que detestaba, esta sociedad a la que todos detestábamos. El chico, enfadado con el mundo, buscó en el tabaco de después de clase la salida al estrés que acumulaba las expectativas depositadas sobre él por sus padres.... Él colado por ella... y ella colada por mí, eran la única pareja del grupo que no se comían la boca cuando iban pedo.

Aquel año habíamos estado yendo con otros dos chicos y una chica, pero aun no habían pasado nuestras pruebas para convertirse en uno de los nuestros. Aquella noche sería su prueba de fuego. La chica y uno de los chicos tenían diecisiete, pero parecían mucho más infantiles que Mar y Jaime. Mi compañía corrompía, según decían los adultos... pero lo cierto era que te hacía madurar, te golpeaba en tu autoestima hasta convertirla en hierro, conmigo te volvías egoísta sí, pero valiente y decidido. En aquel sótano te volvías más fuerte, más animal... o eso o volvías a casa con un trauma que requería psiquiatra. No había término medio. Era irónico, mi padre se dedicaba a eso mismo. Quizá por que odiaba a mi padre hacía el trabajo inverso con esos chicos. Un psiquiatra como progenitor del anticristo. Esa era la opinión que tenía sobre mí. Así era yo. Ese era mi poder: convertía a la gente en la versión más grotesca de si mismos, y todos salían satisfechos con el cambio. O eso quería creer yo. O eso me hacía creer mi puerilidad.

Íbamos a hacerles las tres pruebas aquella misma noche, antes de que regresaran los padres de Alex, luego iríamos al polígono abandonado a celebrarlo, junto a la playa, hasta que saliera el sol y quisiéramos volver a casa. El verano acababa de empezar, aquel comienzo estaba siendo caluroso y agoviante y yo me ponía de muy mala hostia cuando hacía calor y no podía beber cerveza fría. Cuando dieron las ocho y tuvimos que dejar momentaneamente el chalet para escondernos en nuestro viejo porche de nuestra vieja casa, pasamos por una pequeña tienda y opté por comprar allí bebida. El dependiente debía pertenecer a algún país de Europa del Este. Me pidió la documentación, y yo pretendiendo ingenio impertinente le pedí la documentación reglamentaria por residencia. Me quiso echar de la tienda, pero le di finalmente mi DNI con despreció y una risilla socarrona y racista. No es que lo fuera realmente, es que me divertía hacer de chico malo. El que estaba tras el mostrador no quiso desperdiciar la venta por aquel comentario, aunque a mí si que pareció despreciarme bastante. Salí recitando alguna obscenidad xenófoba que entoné para que escuchara.

Cuando regresamos a casa de Alex no quedaba botella, Yo y Jessica nos habíamos bebido más de la mitad; Amanda, Jaime y Mar también habían dado algúnque otro sorbo pero aun eran escrupulosos con beber por la tarde, siempre esperaban a la noche, como si ésta les cediera una licencia de aprobación. El mundo entero nos detestaba pero ellos aun esperaban a que la noche los arropara con su manto de ebriedad discreta. Hubo un tiempo en que yo me comportaba igual, como si el sol fuera un espejo y me trasmitiera la nitida imagen de un chico acabado un chico perdido sin sueños ni ilusión, al final aprendía reconocerme con ese reflejo. Al final aprendí que yo era justamente aquello, no diría tampoco que aprendí a vivir con ello, porque me arrepentía mucho de aquello en lo que me había convertido, en el fondo deseaba que todo hubiera sido distinto, en el fondo deseaba ser uno de esos chicos que estaban en la universidad. Los novatos a penas le dieron un trago a la cerveza, por no quedar mal sobre todo. Cuando regresamos al sótano Alex nos esperaba con nueve vasos y tres botellas de vidrio sobre la mesa.

-El otro día visité a mi abuela y tiene un minibar tan grande como pequeña tiene la memoria, tengo dos botellas más pero esas las he dejado para más tarde, Toni.

-Bien... -Dije yo con una inmensa alegría y satisfacción, después de aquel día de espanto necesitaba beber. Realmente todos mis días resultaban asquerosos y beber con mis amigos era lo único que me alejaba de mi vida de mierda con la que hubiera acabado hace tiempo de no ser por gente como Jesica o Alex les necesitaba mucho más de lo que jamás admitiría. -Ese es mi chico ¡joder! -Le cogí de la cabeza y junte mi frente y la suya con un cabezazo brusco-. ¡ese es mi chico! Sabes que te quiero ¿no? ¿Lo sabes, tío? Sabes que eres mi mejor amigo ¿y sabes por qué? porque eres valiente y no te acobardas, porque eres cojonudo y tienes unos huevos donde un jodido hombre debe tenerlos. ¡Todos a beber! -Fue una orden-.

Todos tomaron un vaso y dieron un sorbo, unos lo dieron más largo; otros, muy nerviosos con su debut lo acortaron todo lo que pudieron. Lorena, Miguel y Lucas era la primera vez que salían con nosotros de noche: habíamos pasado tardes con ellos pero solo fueron tardes inocentes, anodinas, tardes cualquiera bebiendo botellines de cerveza, fumando algún cigarrillo y quejándonos del mundo, escuchando el nuevo disco de Eminem mientras Alex y Jesica se daban hostias con sus monopatines practicando este o aquel salto, sabían cual era nuestro rollo pero solo por encima, sólo conocían el humus de nuestra locura, el estrato más superficial de nuestra desesperación y demencia. Aquella noche iban a conocer nuestro infierno.

martes, 17 de junio de 2014

Yo y mi cursilería

Sus labios se acercaban lentamente... o tal vez eran los mios que se aproximaban a los suyos. El vacío se creo a nuestro alrededor con suaves pinceladas de universo estelar. Sus labios dubitaban, quizá solo estuvieran nerviosos, tiritaban sin frío. Algún hipotético marionetista estiró del hilo de su mentón. Al ascenso se le unieron sus piececitos del treinta y ocho. Sus ojos verdes me suplicaban algo, o tal vez buscaban algo en los míos marrones. Una mirada con esa disculpa implícita que sin motivo dan las buenas personas como ella cuando perciben tu sufrimiento y no saben como aliviarte. su generosidad era algo que siempre me había encantado de ella. El hilo de su respiración impactó contra mi corta barba. Seguimos el camino mientras el vacío treminaba su obra cósmica rotatoria a nuestro alrededor. Culminamos el camino en un encuentro. Nos besamos, y por primera vez en mucho tiempo, dejé de sufrir...
Los suyos tan dulces... los mios curtidos en mil derrotas... No quisimos que fuese breve. Teniamos que contarnos muchos ilusiones e insomnios en esa unión. Mis brazos la abrazaban por detrás, ella los cogía para no caer. Cuando nos separamos sus ojos chillaron preguntas sobre la calidad de sus labios, los mios, si hubieran podido hablar se habrían quedado sin palabras, y ante la estupidez de nuestras miradas, nuestros labios tomaron el control de la situación de nuevo... cuando volvimos a respirar por la boca, nuestras miradas ya solo decían una cosa. Decíamos la misma cosa. La única cosa que queríamos oír. Te quiero.

Lo siguiente ya fue cuestión orbital, de cuerpos magnetizados siendo a su vez atraídos por la gravedad de unas sábanas y un colchón. Cuerpos que en su encuentro destruyen el ornamento que los esconde, cuerpos que se funden en una noche azabache y comprenden la esencia de lo inefable...

jueves, 12 de junio de 2014

Animales en la cárcel del decoro jugando a la libertad, pero animales al fin y al cabo, animales ansiosos, animales sin reparos. Animales supersticiosos y despiadados, animales teóricos... y nada prácticos. Animales semánticos, sádicos.... Pálidos y morenos, altos y bajos, animales con instinto pero con registro... animales con y sin Jesucristo...

Animales famélicos, animales histéricos, animales enjaulados, animales muertos y expuestos en vitrinas de barro. Animal humano. Animal social contemporáneo...

Sucio mono en árboles de estaño.

víboras vivientes vocales de la muerte

¿Quién es? Yo, si es alguien más que se presente. Le espero
Oniria encuentra a Insomnia, los dos conectan bien. Él la dejó a ella, cuando encontró otra mujer
ella quedó preñada, despechada y sin saber, el porqué los hombres juran amor con vistas a interés
ella le vomita a él, ella ahora es una puta, pocos la quieren ver

Pocos quieren ver nada. Sólo se quiere el amor pasajero, consumar en el lecho. hacer lo indebido, pero llega el invierno, y la golondrina deja los huevos en el nido.


Tengo una imaginación desbordante quizá. Estoy bebiendo té (muy amargo por supuesto) y se me ha derramado una gota. Hace calor y voy sin camiseta, en cuanto se me ha caído al pecho he empezado a fantasear con una lengua de mujer que hacia ese recorrido. Ha sido muy sugerente. También me gusta mucho esa palabra: sugerente... es tan... sugerente... en fin voy a dejar de hablar porque ya no digo nada con sentido.

Me gusta, me gusta hacer de esto un pequeño rincón donde guardar mi mierda y las chorradas que se me ocurren. Está bien. RAW SUGAR!

martes, 10 de junio de 2014

Con tantas personas pensando en el mañana, hemos pasado a convertirlo en nuestro presente. ¿Asi cómo no vamos a odiar nuestra vida si la hemos convertido descaradamente en un imposible? Pero vamos que a mi lo que hagais con vuestras estúpidas vidas me da lo mismo. Solo lo digo porque mi nihilismo y sequedad me han dejado un ratito libre.

PD: Os odio. Muac

viernes, 6 de junio de 2014

Estúpidamente original

Hay que ser estúpidamente original. Hay que trasgredir la norma, siempre y a cada momento, tenemos que pensar en lo que pensaremos pasado mañana y acordarnos de lo que hicimos anteayer y esto no lo digo por nada. Si sólo recordamos ayer, solo seremos capaces de pensar en mañana porque mañana ya es presente, y hoy es pasado. Así de rápido es el mundo. Tenemos que adaptarnos, rápido y sin miramientos, o te equilibras o caes, es así de simple. Debemos hacer lo que pensaremos pasado mañana porque hoy la gente -que, por cierto, ya está en mañana- no nos entenderá, pero pasará un día y entonces captarán nuestra genialidad. Porque inteligentes somos todos, pero genios somos bien pocos. Deja de adorar a Benedeti y ponte a buscarle los puntos de las ies, te odiarán, sí, seras odioso. Pero sé consciente de que la gente que te odie por ello en realidad se odia a sí misma porque a ellos no se les ocurrió antes aquel comentario destructor sin posibilidad de réplica. Que te odien y que nadie te entienda, cuanto más tarden en comprenderte significa que más lejano es el mañana en el que pensabas.

Cuando gustes, innova o muere. Sé estúpidamente original, ya te digo, si no eres un intelectualillo más del montón diciendo chorradas -chorradas que dentro de nada serán pasado, por cierto-. Chorradas como escriben también otro puñado de gilipollas. Pero aquí si te desequilibras nadie te da la mano, nadie puede dartela para empezar. Nadie puede. 

-Gilipollas. Me llaman.

-Estúpido. -Corrijo yo- ...Y original, de paso.

miércoles, 4 de junio de 2014

Is it ever gonna be enough?

G. G. G.

Necesito ir algún día de este verano a algun concierto. Me estoy dando cuenta de que ahora mismo no necesito ni mujeres, ni libros, ni deportes, ni descansar. Necesito experiencias, algo fuerte, Dios nunca he deseado tanto que me diesen un jodido puñetazo en la cara, nunca he deseado como ahora beber hasta quedar inconsciente, ir a doscientos por hora en un descapotable. Cosas que nunca fueron conmigo ahora se me presentan como necesarias, imperativas. Tengo a Mia enferma en la cama desde hace un par de meses, desde hace algunos meses, desde ahí me ha susurrado mi últimas poesias. Está mutando, ella lo sabe y yo también me doy cuenta. Estamos cambiando y nos da algo de lástima admitirlo. Seguimos siendo nosotros, pero queremos otras cosas, ella ya no es una mariposilla frágil y delicada, caprichosa y consentida. Ni yo soy un príncipe encerrado en su introspectivo mundo de hadas. Aquella existencia ha dado vida a otra cosa. Un desenamorado de la vida enamorado de las mujeres hermosas. Un amante compulsivos en busca insaciable de amantes físicas en las que poder eyacular y con las que poder compartir un cigarrillo después.

Me gustaría por una vez en mi vida hacer todo aquello que ni puedo ni debo, y no arrepentirme después. Maldita sea me gustaría ser lo suficientemente fuerte como para no arrepentirme más de nada. Desde hoy me bautizo araña, y dejo a mi reino destronado. Llegaré a la cumbre y ya se arrodillarán todos lugeo. Ahora soy Araña. ¡SOY ARAÑA! Lo soy por la soledad en la que vivo. Por el desprecio que otros me profesan. Por la incomprensión agridulce que baña mis labios. Soy araña porque soy asqueroso por naturaleza. Soy la criatura del abismo, aquella que no puedes ni quieres contemplar, aquella que te declara débil, escrupuloso. Soy alguien hecho para la belleza de una obra de hilo cuyo único fin es la muerte así como mi manutención. Odiado y odiante. Soy Araña y ésta es mi tela de seda de versos enfermizos y contaminados con mi autocompasión. Degradado, y manchado. Un paria en esta farsa de sociedad que me rechaza tanto como alto llego. Seguiré escalando por la montaña de mi submundo viviendo sólo pero no una vida de príncipe bonita y cómoda, con princesas y coronas. Una vida de deshonra y testosterona. De sangre, de amor crudo, de teatro y de poesía. Soy Araña y esto no va a ser dulce ni amable. Ni pretende serlo.

Rebautizo así pues a Mia, mi querida musa. Antes la única que calmaba mi temor a la soledad, aquella que me destacaba que me hacia especial, aquel ente al que amar cuando todo el mundo era una mentira y representaba todo cuanto era despreciable. Nos hemos abierto al mundo pequeña, ahora eres mi invisible compañera en este mundo de mierda en el que nos sumergimos, no se si saldremos vivos de ésta, cariño. Lo que sí te puedo asegurar que ahora te quiero como nunca lo he hecho, ahora te amo y adoro en un sentido nuevo que quiero seguir explorado. ¡A la mierda con lo debido! triunfemos en este nuestro coliseo de desperfectos humanos. Acompáñame en esta noche eterna de vicios y obscenidades no censuradas. Despierta o renace... mi querida Vixen.
¿Por qué siempre tiene que sucederme tan rapido?
¿Y por qué tiene que ser siempre de las mujeres equivocadas?

lunes, 2 de junio de 2014

Últimas palabras

Esta vida mia no es importante
esta vida es mero trance
hacia un fin que realmente deseo
no es esta vida la que me inspira
el seguir viviendo

Mi vida es desastre
y deseo constante
de morir de viejo
quiero que acabe esta vida
y las posteriores en las que no te consiga

Quiero llegar al día en el que pueda mirarte
tocarte, sentir tu piel
ver de nuevo el brillo de tus ojos
Poder asistir al espectaculo de tus labios
moviendose al son de tu voz de miel

quiero... sólo quiero... volverte a ver...

Grabaré un te quiero en la luna
que te arrope en tus noches de insomnio
Seré cada gramo de azucar
que aplaque de lleno tu amargura
y no llegue nunca a turbar tu rostro

Desearé que tu hijo crezca sano y fuerte
no importa quien sea su progenitor
qué el hombre a quien tú en verdad ames
reciba mil veces mi bendición

Mientras tu vivas yo viviré en mis deseos
para contigo
Vive, sé feliz y con ello
haz que mi amor y sufrimiento,
hayan tenido sentido


my little girl,
why am i so fucking in love with you?