La eterna agonía de un porqué sin respuesta...

miércoles, 4 de noviembre de 2015

el día que conocimos la lluvia

El día que conocí la lluvia, estabas conmigo
¿lo recuerdas? la conocimos juntos
bajo la ventana aquella. La lluvia se resbalaba como nuestra infancia
El día que conocí la lluvia era un día feliz
mis felices días están bajo la lluvia y a tu lado
Aunque de eso ya haya pasado mucho.
Por mucho que llueva, nadie se llevará mi lluvia contigo
porque esa lluvia y tú sois un tesoro
en forma de felicidad de aspecto húmedo

mi viento y lluvia son míos para siempre
¿sabías que nunca a nadie le he hablado de ti?
fuiste la primera, o tal vez no fuiste.
Tal vez ninguna fue ni puede ser. Desde que te fuiste
o me fui. Solo queda ya la lluvia.
Y un recuerdo de sabor triste
Y dos niños. Y dos tristes corazones con sabor a la lluvia
de los diez años.

Mi conocimiento de la lluvia es extenso.
Desde entonces la analizo con cuidado.
Me detengo siempre a observar su paso aparente por el mundo
y te recuerdo sin quererlo, sin darme cuenta. Sin pretenderlo
Porque nunca perdemos a quien queremos. Porque siempre queda un recuerdo
siempre pendiente un te quiero que se materializó en una lluvia a tu lado
Y no hacen falta palabras. Estoy harto de los sonidos vocales,
Quiero momentos guturales que no necesiten más explicación.
Como aquella lluvia.
Esa lluvia en la que descubrí lo que es querer a una persona para el resto de tu vida.

El día que descubrí la lluvia como un fenómeno maravilloso y mágico.

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