La eterna agonía de un porqué sin respuesta...

sábado, 4 de agosto de 2012

La rosa marchita.

Una rosa se marchitaba lentamente en mi mano, no tenía esperanza... me identificaba con ella. No sé que quiero, a veces me lo pregunto todo y no encuentro respuesta a nada. No sé si todo el mundo está bien, o si todo está mal. No sé si quiero encontrar a la chica de mis sueños o que siga siendo una ilusión. No sé quien soy o lo que represento porque mi dualismo interno no me permite conocerme, o, tal vez, no me quiero conocer para no defraudarme a mi mismo. Creo que soy un ingenuo, un idiota; y al segundo pienso que soy el único que no está ciego.
Un simple anacoreta de la sociedad sin nada que poseer ni nada a lo que aspirar. Sin ilusión, sin ganas, pero con sueños, demasiados sueños por realizar. Quizás me cansé de caminar. Considero mi existencia tan superflua que quisiera morir, aunque quizás ya lo esté. Todo ser al que le falta lo imprescindible para vivir está muerto. Y yo no se que necesito, pero estoy agonizando, llevo agonizando demasiado tiempo... y aun no sé que busco.

Hace mucho calor, demasiado para que alguien como yo se sienta bien, yo necesito frio, no demasado. tan solo ver el frío y sentir calor dentro de una chaqueta o abrigo. Hace tiempo que no me divierto, ya nada me divierte. Soy un viejo que cree que le queda demasiada vida por delante. Pero no muero, no, los muertos no hablan...

Un final pésino, pero para ser sincero, no se me ocurre otra cosa, estoy en uno de esos momentos en los que releo mi blog y no me gusta nada de lo que hay, en fin, seguiré intentándolo. Suerte ahí afuera...

No hay comentarios:

Publicar un comentario