Pobre de aquella mujer
que tal condena sea su vivir,
pues está condenada a no ser,
pues está condenada a morir.
Pobre de ella que vuela
por un cielo que sólo ve gris
pobre de ella, alma en pena
pues no volverá a reir.
Pobre alma que incendia
su pecho y sus ojos negros
rios forman con lágrimas de pena
en el yermo desconsuelo
Sin olor ninguna flor
sin felicidad en su alma
no quiere ver el sol
sólo la bruma la calma
Ninguna estrella la apunta
la negra noche la envuelve
la sinrazón la tortura
mientras su esperanza a oscuras
es asfixiada por serpientes
Si su ser fue algo
disipada está esa sustancia
terrible mal aciago
siempre abyecto en cada instancia
Pobre de aquella inocente
que corra con tal infortunio
pobre de aquella que juegue
con fuego y abrase su mundo
Pobre de aquella mujer
que se enamore de mí,
pues está condenada a no ser,
pues está condenada a morir.
Hoy es san Valentín y, por supuesto, este es mi regalo pútrido y marchito para todos aquellos amantes de este blog. Sí, porque tras un breve día respirando el amor ajeno a uno se le debería ablandar el corazón... pero yo lo vendí una vez tras la copa de alcohol para poder pagar el autobús que habría de devolverme a mi solitaria cama de la que, tras la venta, nunca debí despertar. A sí que soy un ser sin corazón ni razón movido por los finos hilos de la demencia y un instinto de autoconservación al que cada vez hago menos caso.
Sin duda el 14 de febrero no es una fecha para todos los que tenemos el corazón destrozado. Nos recuerda demasiado lo que perdimos o lo que nunca tuvimos.
ResponderEliminarUn saludo Principe, y tranquilo, aunque tarde un poco, el amor termina apareciendo, de una u otra manera.
Lena
Gracias por tu comentario, mas no es amor lo que anhelo. Cariño tengo y desborda el que multitud de amigos me profesan, y no necesito más. Todas las mujeres que me han amado (y yo pretendido corresponder) han sufrido con innecesario dolor. No puedo amar de la forma que se me exige y yo desde luego no le deseo a nadie un amor no correspondido. No me veo capaz de sentir amor ninguno. Hace mucho que ese sentimiento quedó reducido a la fantasmagoria, un fantástico relato que una mente ilusa un dia pretendió
EliminarGracias por tus palabras de nuevo, Lena.