La eterna agonía de un porqué sin respuesta...

viernes, 15 de febrero de 2013

My dearest

Acarició a su hija desde el borde de la pequeña cuna color marfil mientras susurraba con cariño:
London bridge is falling down, falling down, falling down, London bridge is falling down... my fair lady.

Las luces brillaban como estrellas y la hermosa maleza que los rodeaba, delataba un frío invierno envuelto en lluvias intermitentes.
-All of this is yours. Le dije platonicamente.
-I'm not a princess.
-Yes, you are... because I love you, and i'm a prince.
La abracé por la espalda. -I love you, my fair lady, i love you more than i can not explain. La besé entonces, con dulzura infinita y cuando los labios se hubieron separado, diéronse cuenta de cuan insoportable resultaba ese estado, y volvieron a unirse apasionadamente.
Caímos al suelo, uno junto a otro. -Is the sky mine too?
-It's yours too.
 Ella sonrió felizmente enamorada. -Say you love me.

-i love you, my dearest.

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