La eterna agonía de un porqué sin respuesta...

sábado, 30 de noviembre de 2013

Lo mejor para el hombre. Dijo. Seía no haber nacido

Las mejores historias son las que no acaban bien, son las únicas que hacen sentirte afortunado.

Me desperté ese día y ella no dormía a mi lado.
Me levanté lentamente de la cama y no estaba su ropa entre la mía.
Me fui a mojar la cara y ella no se cepillaba los dientes junto a mí.
Llegué a la cocina a prepararme el desayuno y tampoco la encontré allí bebiendo café mientras miraba por la ventana.
Fui a ducharme y no tuve que esperar a que ella acabara primero.
Volví a mi habitación a vestirme pero ella no seguía durmiendo en la cama.
Que solos estamos ¿eh Penélope? Dije a mi araña que tejía su tela en el quicio de mi ventana. Ella no me escuchaba. Pasaba de mí, ella solo tejía incansable y el frío de la noche y la brisa, día tras día, destrozaban su trabajo, pero ella volvía. ¿Por qué vuelves Penélope? ¿Cómo eres tan fuerte?

Y un día más salgo a vivir una vida con la que no comulgo. Pero en fin... Esto es lo que soy, nunca dije que aquí debiera ser fuerte. Y sigo noqueado en mitad del ring. Estoy apático, no quiero nada.

Sé que esto no durará para siempre, que alguna vez llegará otra princesa. Pero ahora mismo, no quiero eso, solo te quiero a ti como princesa, quiero hundirme en la nieve y morir pensando -o soñando- con tu rostro. Eso es todo cuanto le pido a la vida.

viernes, 29 de noviembre de 2013

El héroe que siempre quisiste ser.

La risa se apoderó de mí
Al oírme decir lo que decía
no podía estar más demente
no podía creer esa mentira

¿Yo convertido en príncipe?
¿Yo dueño de la poesía?
¿Gobernante altivo de cumbres
nevadas regadas en armonía?

Sí, sin duda un yo pasado
nunca creyera esto posible
no creyera ni aun jurando
este relato que hoy es firme

Fui un niño desdichado
inconscientemente príncipe
y al reconocer mi pasado
juré volver a reunirme
con mi corona y mi legado
y arrancárselo a esa esfinge
que tanto los ha profanado

Príncipe destronado
sonríe hoy como antaño
feliz, mas no ilusionado
pagó cara su piel
y hoy nace un nuevo día
y aunque despunta melancolía
es feliz mi vida esta vez.

Príncipe de tus quimeras
no dejes nunca de soñar
que bombee fuerte esa vena
que a todo ser vivo postre
a los pies de su majestad


viernes, 22 de noviembre de 2013

La roja debilidad

Había oscurecido hace poco y el bosque mostraba la más espeluznante de sus caras. Retorcidas formas formulaban árboles y todo tipo de plantas. El conejo que atravesaba uno de sus senderos se colocó el pañuelo que llevaba al cuello tiró de la cadenilla de su bolsillo y sacó su reloj. Debía apresurarse. Llegaba tarde.

-¡Alto! conejo. Ordenó una voz tras de él.

Tuvo que detenerse. Quedó complétamente inmóvil, de pies a cabeza. Sabía lo que él iba buscando, y la cosa empeoraba al saber bajo ordenes de quien actuaba. Su situación era muy incómoda, el sudor caía frío por su peludo hocico. Sus ojos negros escudriñaban el bosque oscuro en busca de alguna escapatoria. Pero nada tenía para librarse del cuchillo que tenía a escasos centímetros de la garganta.

-No te he oído acercarte. Respondió el conejo.

-Sí, he procurado engrasarme los engranajes. Sabes lo que quiero ¿verdad? He estado siguiéndote esperando a que oscureciera sólo para no complicar la situación. Sabes que nadie sale de noche a pasear por el bosque.

-No soy tan tonto como para llevar eso encima, a si que me necesitas vivo para decirte donde está.

-Si bueno soy un ser racional, no me gusta hacer daño, siempre y cuando no haya un motivo... y el no colaborar mucho me temo que lo va a ser. No puedo matarte es cierto... pero he oído que las patas de conejo dan buena suerte.... Dame tu cinto.

El conejo se desabrochó la hebilla de su cintura y su espada enfundada cayó al suelo.

-Ahora dime donde lo dejaste o tendré que llevarte ante la reina. Puedo no llevarte hasta ella, decir que llegaron en tu auxilio y tuve que escapar. No es un mal trato el que te propongo dadas tus circunstancias.

-El destino de todo este reino puede residir en esta conversación. Llévame ante tu reina de corazones, seguiré sin hablar.

-Lamento escuchar eso. Puso entonces una cuerda en sus manos. -Átate y no intentes engañarme, se cuando un nudo está mal hecho.

Se escuchó entonces un crujir de hojas y ramas procedente del bosque. Una fuerte ola de viento impactó de lleno contra el animal y la máquina. De nuevo crujir de hojas. -De prisa átate. Crujir de hojas. Del reloj que el conejo seguía sosteniendo en la mano sonó una breve música marcando las ocho. El bosque era espeso y retorcidas sus formas a si que no habría nadie capaz de darse cuenta de quien andaba entre el follaje, ni aunque el caminante tuviera, como era el caso, dificultad para hacerlo. Ajustó su rifle al hombro.

-Deja al conejo, hojalata. Ordenó la oscuridad.

-¿Quién eres? muéstrate. La luna salió entonces del follaje iluminando el alto sombrero y parte de la cara del pistolero.

-Señor soldado de plomo... En ese instante el conejo cogió una pasta de su bolsillo y antes de que el hombre de hojalata pudiera impedirlo se la comió, comprimiendo su tamaño y huyendo velozmente junto al soldado. Hojalata, por el apego que cualquier criatura tiene a su vida, no se movió. -Sabéis que la reina va tras ese libro y que no se detendrá sólo porque haya fallado esta vez. Puedo no mencionar tu aparición soldado, si me dices donde está. La reina no tiene ningún interés en ti. Me gustaría indultar también al conejo pero eso ya se escapa de mi poder.

-Eres sincero al menos. Pero podre vivir huyendo de esa bruja.

-¡Oh! no pongo en duda tu valor, sin duda tu hombría podría soportar tal persecución, pero no serías sólo tú, la reina es capaz de cualquier cosa, ya sabes.... Estoy seguro de que tú si puedes soportar cualquier carga pero... ¿ella podrá?





...




-Bastardo...



 
Uno siempre trata de ser un caballero, pero en el amor y en la guerra... todo vale, y hay umbrales que a uno no le queda más remedio que atravesar.

miércoles, 20 de noviembre de 2013

Manto de estrellas

Y es que en este mundo
no hago sino tropezar
¿Cómo sabré mi rumbo
si no se a do llegar?
Floto en un mar de dudas
y todo el cielo se abre ante mí
y no puedo corresponder tal regalo
yo no puedo ser feliz

Existe la poesía para el hombre
existe el hombre para la musa
pero ahora sólo hay seres sin nombre
y el arte no encuentra ranura
por la que escaparse
y yo no sé qué soy
ni porqué esta dura
vida que llevo hoy
no me sacia
si es toda azúcar.

Dime Mía, háblame.
¿Me escuchas?
Sé que estás ahí
a si que no huyas.
Siempre tras de mí
obra que el sueño desenfunda.
La Perla mayor, más oculta
el mayor tesoro existido
Perdóname por no darte escucha
en estos días que tanto he perdido

Trato de crecer y seguirte
pero es inútil intento. Lo sé
conseguirte es quedarme quieto
darte tiempo es el quehacer

Porque eres tú y soy yo
y los dos somos sólo uno
y aunque en este mar de sueños
no sepa quién o porqué soy
tu das sentido a mi existencia
eres lo eterno, en ti está mi valor

Fuera de ti, puedo morir
no me importaría irme
mientras quedes tú en tus letras
el mundo sabrá de este Príncipe

No quiero correr o avanzar
estoy cómodo donde estoy
y aunque expectante parezca inmóvil
perdurará esta gema que soy
A si lo has querido tú
Y a si te lo prometo yo



Precipitación.

El cuarto día del cuarto mes del curso Tear se acercó a hablar conmigo por el pasillo. Era un chico bastante bajo con el pelo alborotado, parecía un niño pese a que ya tuviera catorce años. Siempre habíamos ido a la misma clase desde que entró en el colegio cuando tenía once. Era muy tímido y apenas tenía amigos, si hubiese tenido que señalar quien era su amigo más cercano, hubiese dicho que era yo. Pero aun así tampoco teníamos mucha relación. Habíamos compartido habitación de residencia los primeros años y creo que era uno de los chicos más normal con el que había hablado. Nuestro colegio esta lleno de gente excéntrica, hijos de grandes magnates que se pasan el día maquinando como destruir el mundo o cosas similares.

Lo cierto es que no me extrañaba lo más mínimo, en nuestra ciudad-estado sólo había un colegio entre las altas esferas. El prestigioso "formador", encargado de convertir pequeños seres con graves carencias de cariño fraternal en insensibles máquinas de dirección de las grandes compañías de la ciudad. ¿Era lo mejor para nuestro futuro? la idea que nosotros pudiéramos tener al respecto no contaba en absoluto. Aun así pocos canalizábamos nuestra energía hacia otras cosas que no fuera el gamberrismo y los que lo hacían no duraban mucho tiempo en ser expulsados con la consecuente deshonra para la familia pudiente correspondiente.
La mayoría de esta minoria, desquiciados por la perspectiva de ser dueño de fortunas indecentes y los efectos secundarios de la consumición descontrolada de ciencia ficción de forma audiovisual, enviaban su odio producto de ésta desatención fraterna, hacia fines un tanto pretenciosos como la dominación mundial o la aniquilación de la humanidad. Tonterías de la edad para los psicólogos del colegio. Profesionales cuyo trabajo para con los estudiantes podría ser perfectamente desempeñado por el más analfabeto de los percheros del colegio. ¿Quién era yo entonces? Mi nombre era Francisc, era un chico de catorce años bastante estándar: no se me daban bien las matemáticas pero destacaba en los deportes, llevaba ortodoncia poco estética, tenía el pelo muy corto, usaba una 41 de pie, me gustaban los videojuegos y como cierta parte de los estudiantes centraba mis energías en un propósito más o menos corriente: el amor adolescente. Pero sobre esto hablaré más adelante.

Así pues, como digo aquel chico sin amigos vino a hablarme al terminar el cuarto periodo. Habíamos tenido matemáticas, y restaba una hora de clase para que me fuese a comer a si que no me apetecía hablar demasiado, sólo quería que la hora siguiente pasara rápido y descansar mis merecidas tres horas antes de las clases de la tarde. Hacia frío en la calle pero las estufas de los pasillos estaban encendidas así que se podía ir con la camisa del uniforme. Tear se acercó a mi de frente con un tetrabrik de leche. Se paró delante de mí cuando nos encontramos y me dijo que quería hablar conmigo. "Claro, adelante" respondí yo. Él buscó detrás de mí -pues mi fisionomía le tapaba la visión- y a su espalda pendiente de si había alguien. Obviamente había gente por los pasillos ya que teníamos un descanso, tan sólo con usar los oídos uno se daba cuenta de que estaba rodeado de gente. "No quiero hablar aquí" dijo finalmente. Era un colegio de gente bien estúpida, ciertamente. "Bueno pues..." intentaba escabullirme pero me cortó. "Ven a la azotea la próxima hora". "¿qué dices? no voy a saltarme una clase solo porque quieres hablar. ¿Qué quieres?" me estaba poniendo nervioso.  Lo debí intimidar porque me respondió nervioso:"Nada". Colocó un papel doblado en mi mano. "Busca eso. Si no estas interesado sólo ve a esa clase".
Dentro del papel había escrito un par de instrucciones. Entrar en una página web y clicar sobre un hipervínculo y luego otro. Pensé en hacerlo una vez hubiera llegado a mi cuarto pero la clase que tenía era bastante soporífera y tenía curiosidad, a si que cogí mi tableta electrónica que usábamos en las clases para buscar lo que me había dicho Tear.

Me levanté repentinamente y el profesor detuvo su explicación extrañado.
-¿Te encuentras bien hijo? Pareciera que acabas de ver un fantasma.
-No me encuentro nada bien profesor.
-Nicolás acompaña a tu compañero a la enfermería ¿quieres?
-No es necesario, algo me ha debido de sentar mal esta mañana, necesito ir al baño. Conozco el camino. Gracias. No le dejé responder salí corriendo por la puerta mientras me tapaba la boca y cerré tras de mí.

Llegué a la azotéa. Abrí la puerta y aquel chico me miraba con una sonrisa de oreja a oreja que no podía disimular. Aunque así lo quería.

-¿Se puede saber de que va todo esto? que sea el único que te ha dirigido la palabra no te da derecho a meterte de esta manera donde no te llaman ¿Me oyes?
Volvió a asustarse. Pero trató de templar el temor. Se le notaba que quería dominar la escena, como el malo de una película donde se encuentra con el héroe y pese a que este es más fuerte, el villano no pierde la compostura. Pero no lo conseguía, no le habría encajado ese papel, quizá el del compañero torpe del héroe le habría encajado mucho más.

-Lamento que te sientas así. Mi intención al enseñarte eso era la de hacerte un regalo. Una pequeña muestra de lo que te puedo llegar a ofrecer. Se empezaba a confiar y a mi se me hinchaban las narices.

-Mira no se que es lo que pretendes pero no tengo ganas de jugar a tus jueguecitos. No quiero nada de ti sea lo que sea. Vete a marear a otro ¿Vale? Y ni se te ocurra decirle a nadie lo que sabes. ¿Me has oído? Me giré dispuesto a volver a la clase y a atender los últimos minutos antes de comer.

-Las fotos que vistes... Las tomé yo. Dijo.

Me sorprendí.

-¿Y qué?- Yo si sabía controlar mi expresión facial.

-Pensaba que estabas interesado en ella.- Se levantó del suelo en el que estaba sentado. -Como digo...

-¡No, como te he dicho métete en tus asuntos!- Y me fui.

viernes, 15 de noviembre de 2013

Caida y condena.

Odio, ira, impotencia. Aquellos ojos sin duda daban miedo. Me tenia tendida en el suelo, con sus manos a escasos centímetros de mi cabeza, y mis piernas, enceradas entre las suyas. No alcanzaban a ser tocadas por su feroz piel, sin embargo, ninguno de mis musculos podían moverse. Sus ojos habían clavado un ancla en los mios. No es que no tuviera valor para desviar la mirada, es que ni siquiera comprendía que estaba aterrada. Sus sobrenaturales ojos pedían algo, algo que la cabeza no quería, el instinto animal había destrozado las cadenas que lo mantenían sujeto, cada encuentro conmigo había ido corroyendo esas cadenas y aquella vez el vaso había colmado. Como una furia sedienta de sangre. Se le veía temblar. Sus pelos erizados como escarpias. A punto de avalanzarse. Yo era tan pequeña y débil... pero rompía tanto sus esquemas...
Aquellos ojos me tenían hipnotizada. Me decían que me odiaba, que me iba a matar... Era una ravia incontrolada e irracional, me odiaba porque yo representaba lo indevido para él. Me odiaba porque yo era su más preciado deseo, un deseo que él no podía desear. Por eso, en la misma mirada que decía "voy a matarte" lanzaba un inconsumable deseo de poseerme, de violarme. Lo que pasa es que aquello, lejos de desagradarme y alarmarme en extremo, me gustaba... no, no sólo me gustaba, sino que me excitaba en gran medida.
El suleo estaba frío. Era un mes frío. La respiración empezó a elevarseme. Su odio se iba amansando despues de una eternidad de odio y un oceano de atrevidos deseos inmorales. Siguió sin decir nada. Pero como si toda esa furia lo hubiera dejado exhaustó, se desplómó a mi lado cayendo él también boca arriba. Había sido un fuerte acto de reveldía. No me esperaba nada como esto de él. Supongo que es un hombre al fin y al cabo. Giré mi cuerpo hacia él sujetando con una mano mi cabeza. con la otra empezé a acariciar su camisa. Tenía los ojos cerrados, tal vez durmiera ya. Pero sabía que me oíria. -Me alegra que lo comprendas. Eres mi pequeña y preciada marioneta a si que no te sobreesfuerces ¿vale? Sé que es difícil, que como hombre no puedes aceptar estas burlas y humillaciones, pero conoce tu lugar criatura. Te tengo sometido a mi voluntad. Dominado. No porque te pueda tumbar en el suelo e intimidar con una mirada de fuego, sino porque conozco cada rincón de tu mente. Cada pensamiento que te cruza. Puedo leer cada sentimiento en tus ojos como si estuvieran en letras mayúsculas. Callé un breve momento. Pero eres un chico muy sensible y me agradas. Ese arrebato que has tenido ha sido verdaderamente excitante, de verdad pensaba que ibas a estrangularme...
Me puse en pie y me quité un zapato. "serías tan amable de devolvérmelo cuando te levantes, esperaré despierta a que llegues". Acabada la frase me fui a mi habitación. Los hilos ya habían sido dispuestos y la noche prometía maravillas.


Pobre de aquel
que cumple con su naturaleza.
Pero si existe, por algo será
además de para complacerme.

jueves, 14 de noviembre de 2013

Sayônara

El final de la tormenta, 
la calle empapada
en mi portal mi cuerpo.
Mi mente con mi amada

El final de nubarrones
charcos infinitos
salgo a la calle y camino
aun chispea, hace frío,

Me hundo en la bufanda
me recoloco el abrigo
moja mi pia el agua
 de un charco profundo

Sigo andando meditabundo
que bonita que es la lluvia
así si es bonito el mundo.
Mira al cielo, mi amada
¿puedes ver el cielo que veo?
¿También llega a ti esta paz?
De veras lo espero...

Me detengo a mirar
mi reflejo en un charco
ondas deforman mi cara
y veo la tuya en mi retrato
y un ave cruza el cielo reflejado
y levanto mi frente a mirarlo
y una gota me cae en la cara
y viaja del ojo hacia abajo.

Vaya, pienso yo,
aun me quedan lagrimas que llorar
pero no me echaré atras
te prometí seguir y seguiré,
no importa el lugar
segiré por mi promesa
ese es el motivo de mi espada,
el seguir adelante, siempre
por mucho que duela y arda
en mi corazón siempre presente
bye, my dearest... sayônara

miércoles, 13 de noviembre de 2013

Raposa

Negra compañera mi sombra
siempre guardiana de mí
me recoge y escoge mis ropas
me acuna y me hace dormir

Tenue fantasma que flotas
tu marca es mi porvenir
te posas en mi centro y me abrazas
me dices que aun sigo aquí

Eres tu mi prueba fehaciente
de que hay un yo porque en ti
está la señal de que existe
aquel pobre loco infeliz
que todos los días suplica
pide por un rojo carmesí
que tiña su sombra del todo
y deje él su vida así

Sombra siempre compañera
a mi espalda te sabes erguir
con orgullo te llevas la luz
que me ciega cuando no se seguir

Eterna esencia pícara
que no habes más que mentir
que resaltas mi noble figura
aunque la mía no se ve así
Mi orgullo hundido en la bruma
el auxilio a donde me acojo
cuando suelto exhausto la pluma
Princesa de la tuna.
Ente eternamente solo.
fin y principio de todo.
Sombra de mi vida
cicatriz de mi existencia
ella, yo y la duda
náufragos en el cruda
realidad ultrafrenética


martes, 12 de noviembre de 2013

Camelia

Puede que alguien se haya preguntado sobre mi portada, antes era otra.


Entonces... ¿por qué ahora esta nueva? Sin duda puede parecer que me he alejado de mi esencia, de ser un príncipe que suspirando se acaricia el pelo mientras te dedica una mirada furtiva a pasado a ser una chica de estética manga con una espada. Bien, esto sin duda es puro simbolismo.


Se levantó en armas como el más fuerte de los hombres contra aquel que le había arrebatado todo, la realidad de un mundo pútrido e incoloro, insípido.
Las fuertes oleadas de viento acompañaban su escena de humanidad contenida. mientras bailaba ante él el carmesí del otoño. Tan sólo era eso, una débil flor sin rumbo ni razón de ser, pues no tenia campo en el que caer muerta, y vagaba por el aire buscando esa razón, ¿quien soy yo? ¿Por qué seguir aquí? Con estas palabras inicia el camino de búsqueda, de la búsqueda de si mismo, toda natura a su alrededor se encuentra despojada del arropo de hojas y el frío estremece las ramas de su jardín, mientras le dedica una mirada al cielo encapotado, mientras un cielo nublado arropa su soledad y le da calor. El granate es un gran color, es similar al rojo, pero sin la parte pasional e pueril. El granate es la sangre seca, la sangre de la muerte, de la venganza, el dolor y el odio. El granate es el que cambia sistemas políticos, el granate es la especulación del dolor, pero que a la vez lleva acompañado un fuerte sentimiento de esperanza. Sí, mi sangre es roja, ¿alguien más sangra como yo? ¿alguien más sangra al ver este mundo desfallecer, morir, ser sepultado? Nadie más ve como emigran los pájaros, nadie se fija en esas cosas ya, el cielo podría volverse granate y nadie se daría cuenta, todos están mirando hacia abajo, miran el suelo de fango de esta mediocre sociedad, miran porque tienen que llegar a sitios como máquinas, deben hacer funciones programadas y organizadas, mientras yo, miro el cielo sin preocuparme por caer, porque no puedo caer, porque estoy volando, y con mis alas me desprendo del mundo, y mi reino se encuentra ahí, entre las nubes, mi reino no es mas que un bosque, la fantasía y la magia de la inocencia, fui destronado de todo aquello, y sin ello yo... no soy nada, ¿qué soy yo? ¿un monstruo? ¿por qué seguir aquí? es algo que no consigo responderme, y mientras tanto el cierzo atiza mi aura y el carmesí de mi dolor me reconforta junto con este cielo encapotado, esperando que ahí fuera, en otro lado, alguien sienta como yo, la muerte del mundo y el imperio de este reino helado. Que ha usurpado su sitio. Y el tiempo pasa, los árboles siguen sin plantas, la magia se acabó y en mí se esconden las hadas, que no pueden salir fuera, pues el frío es su enemigo y necesitan ser vistas. Pero viajan por el cielo, y al cielo nadie mira hoy. Sólo yo, solo. Siempre solo estoy. En efecto, esa joven, soy yo. Y lo único que hay en este blog, soy yo y mi visión del mundo.

domingo, 10 de noviembre de 2013

When a man cries.

Tendré que esperar a otra vida para amarte como corresponde. Otra vida para despertarme a tu lado y darle a mi vida sentido con tu existencia. Otra vida. Te prometo, amor mío, esperaré las vidas que hagan falta para estar contigo. Esperaré siempre. No importa qué. ESPERARÉ.
Hace tiempo no sabía si debía estar agradecido o maldecir el haberte conocido. Pero hoy no tengo ninguna duda. Gracias, a Dios, al destino a quien fuera por haberte conocido. Pues nada dudo de que fuéramos hechos el uno para el otro. Y todo beso que no es tuyo me sabe amargo. A si que esperaré hasta volverte a encontrar. Hasta volverme a enamorar de ti en otra vida. Te esperaré no importa qué. Una vida, dos, tres... La eternidad entera esperaré a estar contigo... Poco tiempo para tal recompensa. Por acariciar tu pelo, para mirarte a los ojos y que tu mires los míos... coger una de tus manos, siento que por cada una de estas pequeñas cosas podría morir. Sólo la imagen de tu sonrisa ya llena mi corazón. Good bye my lover! Mi Laura, mi Beatriz. I'm waiting to you

sábado, 9 de noviembre de 2013

Cigarra reincidente

Que estudie algo que me alimente me dicen. Pero yo estudio filosofía. Desobediente, no por rebeldía, sino por inconsciente. Seguro sabría con un libro en las manos explicar las partes de mi cuerpo o los mecanismos de la informática, los astros, la historia, las lenguas, el ser humano o todas sus leyes. Pero eso a mi no me interesa. Fácilmente podría saber todo eso. Lo que de verdad me desconcierta es no saber quien soy o por qué estoy. Es una pregunta que no consigo responderme.
¿Preocuparme por comer? lo que de verdad me preocupa es no saber quien soy ni el motivo de mi existencia, no tengo razón de ser y buscarla es lo que da sentido ahora. ¿Comer? sí, cuando tena a alguien a quien alimentar. No, no soy nada previsor, pero prefiero morir en el frío invierno habiendo vivido una primavera, en lugar de trabajar una primavera para soportar un frío invierno.

Príncipe Destronado

La máscara que me ahoga

En una esfera de vidrio me hallo
En lo profundo de mi ser y razón
hay alguien que se mueve fuera
pero no, él no soy yo
No sé quien es y lo aborrezco
¿quién es ese demente impostor?
¿quién habita mi piel con tal descaro?
 ¿quién es él? ¿qué soy yo?
¿En qué me he convertido?
¿por qué me siento tan débil?
¿quién me ha vencido?
¿Y cuando? ¿y con que móvil?

Preso en el fondo de mi ser
sin poder salir ni expresarme
no sé nada. ¿que es esta noche
eterna? ¡¿dónde esta mi arte?!
¿Qué me ha pasado?
¿Acomodado? ¿yo?
con lo que yo he disfrutado
siendo maltratado...

¿dónde están los dias frios y desolados?
¿dónde están mis alas pesadas?
¿dónde mi infelicidad? ¿por que ya no hay versos?
si mi porqué sigue sin ser contestado

En el fondo de mi ser
preso me siento, enjaulado
¿quién ese ese que está afuera?
y ¿por qué se me parece tanto?

Mi piel la viste otro hombre
no son del principe sus palabras
hace y dice, pero es farsante
y me hunde con cada falacia

Soy un actor espléndido
mi vida no es sino teatro
¿quién soy yo? sigo perdido
mas no doy fin al espectáculo