La eterna agonía de un porqué sin respuesta...

martes, 12 de noviembre de 2013

Camelia

Puede que alguien se haya preguntado sobre mi portada, antes era otra.


Entonces... ¿por qué ahora esta nueva? Sin duda puede parecer que me he alejado de mi esencia, de ser un príncipe que suspirando se acaricia el pelo mientras te dedica una mirada furtiva a pasado a ser una chica de estética manga con una espada. Bien, esto sin duda es puro simbolismo.


Se levantó en armas como el más fuerte de los hombres contra aquel que le había arrebatado todo, la realidad de un mundo pútrido e incoloro, insípido.
Las fuertes oleadas de viento acompañaban su escena de humanidad contenida. mientras bailaba ante él el carmesí del otoño. Tan sólo era eso, una débil flor sin rumbo ni razón de ser, pues no tenia campo en el que caer muerta, y vagaba por el aire buscando esa razón, ¿quien soy yo? ¿Por qué seguir aquí? Con estas palabras inicia el camino de búsqueda, de la búsqueda de si mismo, toda natura a su alrededor se encuentra despojada del arropo de hojas y el frío estremece las ramas de su jardín, mientras le dedica una mirada al cielo encapotado, mientras un cielo nublado arropa su soledad y le da calor. El granate es un gran color, es similar al rojo, pero sin la parte pasional e pueril. El granate es la sangre seca, la sangre de la muerte, de la venganza, el dolor y el odio. El granate es el que cambia sistemas políticos, el granate es la especulación del dolor, pero que a la vez lleva acompañado un fuerte sentimiento de esperanza. Sí, mi sangre es roja, ¿alguien más sangra como yo? ¿alguien más sangra al ver este mundo desfallecer, morir, ser sepultado? Nadie más ve como emigran los pájaros, nadie se fija en esas cosas ya, el cielo podría volverse granate y nadie se daría cuenta, todos están mirando hacia abajo, miran el suelo de fango de esta mediocre sociedad, miran porque tienen que llegar a sitios como máquinas, deben hacer funciones programadas y organizadas, mientras yo, miro el cielo sin preocuparme por caer, porque no puedo caer, porque estoy volando, y con mis alas me desprendo del mundo, y mi reino se encuentra ahí, entre las nubes, mi reino no es mas que un bosque, la fantasía y la magia de la inocencia, fui destronado de todo aquello, y sin ello yo... no soy nada, ¿qué soy yo? ¿un monstruo? ¿por qué seguir aquí? es algo que no consigo responderme, y mientras tanto el cierzo atiza mi aura y el carmesí de mi dolor me reconforta junto con este cielo encapotado, esperando que ahí fuera, en otro lado, alguien sienta como yo, la muerte del mundo y el imperio de este reino helado. Que ha usurpado su sitio. Y el tiempo pasa, los árboles siguen sin plantas, la magia se acabó y en mí se esconden las hadas, que no pueden salir fuera, pues el frío es su enemigo y necesitan ser vistas. Pero viajan por el cielo, y al cielo nadie mira hoy. Sólo yo, solo. Siempre solo estoy. En efecto, esa joven, soy yo. Y lo único que hay en este blog, soy yo y mi visión del mundo.

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