La eterna agonía de un porqué sin respuesta...

jueves, 4 de septiembre de 2014

Crítica a "Blue is the warmest color" (La vida de Adèle)

Me encuentro con sentimientos contradictorios con esta película. Me falla demasiado argumentalmente partiendo de que no sé nunca en que momento de la vida de la chica me encuentro, ocasionalmente descubro que acaba el instituto, que empieza a trabajar y que deja la casa de sus padres para pasar a vivir con su pareja.... Me siento estafado cuando descubro con el personaje de Emma hechos que desconocía y que lejos de dar la sensación de sorpresa, me traicionaron como espectador. Comenzando una película que parte con la presentación y desarrollo de un personaje no puedes darme de forma tan velada datos relevantes, porque cuando Adèle presenta sus escusas no me las creo. Me descubro con cara de tonto cuando me hallo espectador parcial de una historia en la que como si de un libro roído se tratara, no me han contado una parte fundamental, si no era de Adèle de quien estaba viendo su historia ¿Qué hago aquí? ¿Qué estoy viendo? Me sitúan en una situación en la que me siento ignorante de cuanto pasa. Nada me deja adivinar lo que reconoce Adèle la noche que llega a su casa que marca un punto de inflexión en la historia y algo tan significativo lo pasen por alto es algo que no le perdono a la película o tal vez soy yo quien ha desarrollado una empatía con la pareja y no quiere verlo pero esto a su vez me lleva a pensar ¿Cuan legítimo es incluir en una historia algo para lo que no estoy preparado, algo que no preveo, algo que aflora con esa precipitación? (Aun en el caso de que la infidelidad estuviera completamente injustificada, que fuera un hecho egoísta, quiero ver a Adèle equivocándose, siendo la hija de puta que ha resultado ser o si no me lo cuentas todo de otra manera, como en el comic) y ¿cómo es que de repente Emma sabe más que yo? ¿En que momento se me presenta que ella pueda albergar alguna sospecha? Me echan a la cara un cubo de agua completamente destemplada y participo de una escena bochornosa que aun no consigo digerir... El problema radica en que hay un cambio brusco en la narración de los acontecimientos, mientras se han encargado de hacer del principio un seguimiento claro de cuanto en la historia pasaba, de pronto cambian y el secretismo deja lugar al aturdimiento y a la incredulidad. Desde mi punto de vista fracasa.
Es una forma de hacer las cosas diferente, pero lo diferente no es la bandera que muchos han querido ver para amparar las malas decisiones.
Otro hecho nefasto que cuya valoración comparto con una amplia crítica es que no se muestre parte fundamental de la historia en la cual los padres de Adèle poco menos que la tiran de casa cuando descubre su condición sexual. Demencial que algo así no entrara en pantalla. Injustificable y penoso.  

Además la ausencia de planos de transición entre unas escenas y otras generan poco menos que bofetadas visuales a todo aquel que no esté preparado para ver un cúmulo de escenas de muy variado "calibre". Es un sentimiento similar a cuando estás en una habitación oscura y entras en una muy iluminada, incomoda hasta que vas ajustando tu cerebro para meterte en esa nueva situación. La película no te pone las imágenes fáciles de recibir, no tiene porqué hacerlo, pero habría agradecido que lo hiciera.
No quisiera que pasara por alto tampoco en esta crítica que el doblaje castellano, es muy deficiente en algunos puntos donde se arma barullo o se unen los comentarios de varios personajes. Pero es algo con lo que puedo vivir.

Pero no todo es susceptible de quema. Empezando por la maravillosa interpretación de Adèle Exarchopoulos (Adèle) y Léa Seydoux (Emma). Las escenas con conversaciones de arte y filosofía me cautivan por ser mi mayor pasión a titulo personal, por lo que no puedo ser imparcial. La película gana madurez conforme avanza y la evolución del personaje que acabamos viendo en un marco general llena la película y la convierte en interesante durante tres horas, que se dice pronto.

El ritmo que tiene al principio de la película me parece ideal, sosegado y tranquilo, aunque los personajes estén llenos de angustia y desconcierto crea una atmósfera muy placentera y sublime. Pero conforme avanza unos sucesos se enlazan con otros sin dejar apenas espacio para ese ritmo pausado del principio, vemos a un personaje arrojado a la madurez y desamparado y es donde la película se vuelve más pesada, es un cambio que no acabas de percibir con naturalidad pero lo asumes y no le resta interés al film. El ritmo lento de nuevo que se retoma en el final donde prácticamente no se desarrolla acción y se limita al retrato de la tristeza y la angustia de Adèle con mucho acierto, la escena de ella llorando en el banco donde se besaron por primera vez me parece de lo más tierno que he visto pero quizá sí me sobraban minutos de clases de párvulos.

El asunto que más polémica ha levantado sin duda es la recurrencia, para muchos excesiva, de escenas sexuales lésbicas. Mi opinión a ese respecto es clara. No me aburrí de ver primeros planos de Adèle mirando por ventanas como no me aburrí de ver escenas de cama. Es una historia de jóvenes y lo que se deja ver en la historia es que el sexo y la espiritualidad del placer carnal femenino, es el pilar más firme sobre el que se asentaban sus emociones mutuas. Hay quien ha querido ver en esas escenas una burda forma de hacer pornografía comercial, a mi me transmitían mucho mas. Parte fundamental de la historia no se entiende sin oír ni ver a Adèle teniendo sexo. Además las dos están buenas de que te cagas.

Creo que esto es todo cuanto tengo que opinar de la película. Puntos muy débiles a nivel de guión y puntos muy fuertes en interpretación. Una película que se ha llevado más premios de los que merece y que habla muy mal de la critica cinematográfica actual completamente corrompida con la idea de convertir en arte algo chocante independientemente de que sea mediocre. Pero ¡eh! Léa Seydoux con el pelo corto y azul es extremadamente sexy.


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