Devorando a grandes cachos
la carne que alimenta mi cuerpo
Desgarrando mi mente, deshaciéndola en pedazos
Redimo mi conciencia y la miro y la detesto
Marginado del miedo
Príncipe reinante del cierzo
Bate sus alas y crea
crea y nadie logra verlo
Salvo su amada calaña
nadie atestiguó su hazaña
Muerto yacía el resto
Desde que, faltas de riego
se disecaron sus musarañas
El mundo dejó de tener color
Y acuarelas secas convirtiéronse en cal
contempla retrato propio
y no sabe a do mirar
Mi existencia está al margen
a todo espacio trasgrede mi pasar
mi mente es el cajón desordenado
que la desidia guarda con cínica felicidad
Un do, un re, un mi, un fa
un beso, un tren con el que escapar
un mar azul, Destino, no pido más.
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