La eterna agonía de un porqué sin respuesta...

viernes, 14 de diciembre de 2012

sórdido.

Fue tan efímero que ni supo a beso. Dejó el establecimiento y yo ni pude echarla en falta. Me trajeron el café. Dejé el libro sobre la mesa tras haber señalizado la última página. Puse todo el azúcar del sobre, quizás no debía hacerlo, pero lo hice.
Me tomé el café mientras miraba por la ventana. No pasaba nada especialmente interesante. Era un día ventoso, parecía que iba a llover -y lo haría mas tarde-. Fue una tarde más bien sórdida. Subí a casa me descalce, me tiré sobre mi cama, creo que dormí pero no alcanzo a recordar cuanto si lo hice. Me di una ducha, mal-cené un par de tostadas, que ni siquiera merecen ese nombre porque ni me molesté en tostar el pan, y volví a mi cama, tuve insomnio a si que me fui a leer y beber al salón. Hasta que o el alcohol o el sueño me dejaron en un estado que más que somnolencia podría considerarse catalepsia. Desperté mucho más tarde... desperté y el sol me taladró las pupilas. Condenado astro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario