La eterna agonía de un porqué sin respuesta...

domingo, 27 de octubre de 2013

El puente hacia la libertad

Primero nuestro maestro, luego Yahiko y ahora él. Tres son las generaciones que han intentado dar un cambio al rumbo del mundo. Tres son las personas que han dedicado su vida a ver florecer un futuro próspero. El maestro murió, cayó frente a su alumno, que errado, quiso ver el cambio en el dominio mediante el miedo y el dolor... Pero yo también era así... fue tan duro ver a Yahiko morir. Murió encargándonos a sus dos compañeros a quien él más amaba, la misión de hacer algo con esta tierra, traer la paz al país. Pero nosotros fracasamos. Ahora un nuevo despertar comienza. Él también fue alumno de nuestro maestro y, como en nosotros, en él reside la voluntad de cambiar el mundo, de erradicar la guerra. Él fue quien nos enseñó que aun había esperanza para el amor y la confianza, cuando nosotros habíamos hecho desaparecer esa idea de nuestra mente tras el duelo que sentimos tras la tragedia de Yahiko. Cuando le vi morir... Sentí que ya nada importaba en el mundo, que lo había perdido todo. Fue a morir a su mejor amigo con una sonrisa en los labios, consciente de que su muerte significaba mi vida, jamás nadie me había amado tanto jamás a nadie volveré a amar así. Pero él es una nueva luz. La luz que a nosotros se nos apagó con la mirada de mi Yahiko. Nuestro amanecer nublado teñido con la sangre de nuestro compañero está carente de luz, y la oscuridad es lo único que me acompaña ahora... Pero él definitivamente marcará el cambio. Será el remolino que acabe con la guerra y el odio, será el que traiga la paz a esta tierra, así lo creía nuestro maestro, y tras conocerle, Nagato y yo también. Y lo único que se interpone en su camino ahora eres tú, Madara. Por eso acabaré contigo aquí y ahora, el será quien lleve este pais y al mundo entero a la paz, y yo seré el pilar que sostenga ese puente, así como Yahiko fue el de Nagato, ¡Yo te abriré las puertas de este nuevo mundo, Uzumaki Naruto!

Konan Yutaka


sábado, 26 de octubre de 2013

Arsmonía

Ese instante en el que te reencuentras contigo mismo. Donde te niegas a aceptar el cambio y vuelves. Ese momento de plenitud al mandar el futuro al futuro y anclarte por un momento en el pasado. Me encanta ser yo, adoro vivir como nada en el mundo. Me gusta pero solo la parte de ser yo, el mundo resto me da más igual. Ese momento donde bajas el paraguas y la lluvia te empapa. Y recuerdas cuando eras niño, adolescente y tu corta evolución hacia la madurez y un mundo que deja de gustarte. Quizás todo esto sea síndrome de Peter Pan.
No... no creo. No es que no quiera crecer. Es que tengo miedo de enfrentarme a la realidad, al mundo, y que éste no me responda con el reflejo del espejo de mis ojos. Quiero ver el mundo y que sea tal y como quiero. Siempre acostumbro a decir que debemos hacer del mundo el sitio donde queremos vivir, pero no quiero tener que sacrificar nada. No quiero perder a mi actor, ni a Mía, ni a mi profunda laguna y mi eterno baño en medio de ella, no quiero ser comprendido, me basta con el arropo de mi arte y su calor. No quiero perder todas las personas que soy, mis máscaras y mis trajes, mis engaños y mis manipulaciones. No quiero perder mi palacio y principado, ni a las princesas de mis creaciones. No quiero perder mi bosque ni su magia, no quiero ver desaparecer a mis hadas en el polvo real. Quiero ser siempre débil y vulnerable, y estar escondido en ese pequeño rincón de mi ser donde nadie mira nunca.


jueves, 24 de octubre de 2013

Alcohol y revolución

La tarde transcurría con alguna tensión, propia de los momentos importantes como el que se adivinaba que sucedería esa misma tarde.
-¿Vas a salir? me preguntó mi borracho amigo Marco mientras manipulaba un canuto de marihuana.

Sin despegar los ojos de la pantalla del ordenador contesté. "No sé" creo que dije. No estaba interesado, era la típica persona que proclama a los cuatro vientos lo harto que está del mundo pero se limita a quedarse en su casa cuando las calles lo invitan al baile de la revolución. Ese era yo, egoísta y desencantado de la vida, peor que un perro si consideramos que no llegaba ni a la treintena. Un hipócrita, un bohemio, un filibustero de oportunidades con las que llenarse el buche y emborracharse. Aprendiz de todo y maestro de nada. 
En la habitación, el aire fue comido por el humo y me embriagué del olor onírico de la hierba recién fumada.
En la calle se oían tambores. Mi cabeza giraba en un carrusel de sueño y realidades difusas. Devolví el canuto a Marco. Le habría dado cinco o seis chupadas. Bajé a la calle a airearme y un ruido atronador me hizo perder el equilibrio. Desde el suelo, justo delante de mi casa un hombre me tendió la mano para ayudarme, sus ojos preguntaron a los míos si me encontraba bien, y su rojez debió contestar que solo estaba drogado. Una vez estuve en pie, él continuó la marcha de la gente que marchaba en grupos irregulares por toda la avenida en alguna dirección que desconocía. Había mucho polvo, o eso me pareció, la multitud daba mucho calor y empecé a empapar la camisa. me quité la chaqueta aunque era un mes frío y la deje sobre los buzones en el rellano de mi casa, la chaqueta era tan mala que dudaba que alguno de mis vecinos se rebajara tanto como para robarla. Volví de nuevo a la calle tras cerrar la puerta. Y una chica me salio al paso. Llevaba una camisa a cuadros sobre una camiseta muy escotada, no pude desviar la vista de sus pechos mientras le preguntaba a donde se dirigía la gente. Entonces la miré a los ojos, noté que lloraba con ellos, no sabía porque, supongo que algo le debía de haber ocurrido, ella tendría una vida al igual que yo tenía la mía no podía esperar comprender lo que sucedía sin saber nada de ella. Me cogió de la muñeca y me arrastró con la multitud. Noté que no dejaba de llorar. Sentía lástima por ella. Todo se volvía caos, los ruidos se hacían más fuertes cada vez, había banderas rojas cada tres o cuatro personas, no veía casi nada y me eché a reír a carcajadas, no tenía ningún motivo pero reía, de forma espantosa y ahogada reía sin parar. Tropecé con un contenedor y caí sobre la chica que aun me llevaba como si fuera un niño, reí aun más fuerte y con una mano empecé a tocarle un pecho hasta sacarlo de su ropa. La chica reaccionó escondiéndolo y me abofeteó. Se levanto, me levanto, yo simulaba seriedad aunque apenas pudiera contener la risa, la chica se había secado las lágrimas y continuaba guiándome como a un perrito perdido, yo ardía en deseos de besarla. Había fuego en una calle. se había quemado un portal la gente pedía ayuda y otros les auxiliaban, nosotros pasamos de largo, sólo mire hacia allí hasta que giramos por otra calle y no vi más. Todo era una marabunta de gente que corrían gritando libertad. Entramos en una calle ancha y me empujo contra un grupo de personas, estos me recibieron de la mejor de las maneras, me abrazaron y estrecharon mi mano, era un grupo muy grande, de comunistas o algún grupo similar, no me importó, estaba muy a gusto y los pechos de la joven me habían gustado a si que decidí continuar con ellos.
Sonidos de tambores y ruido, notaba que me iba despertando, fuertes olas de viento golpearon mi cabeza, el sudor de mi camisa me congeló todos los huesos.
justo entonces llegamos a una gran plaza donde una nube de personas eclipsaba el suelo que pisaban, habían infinitud de cabezas, cada una vociferando una canción de libertad, Un montón de vidas distintas habían convergido en aquel preciso lugar para una misma cosa, la insurrección me habría los brazos con aquella imagen, y tenia el aspecto de la más hermosa mujer desnuda, no intenté disimular y me uní a esa orgía de desobediencia civil que se abría en las calles. Una voz insonora nos llamaba a cada uno de los presentes. Cogí una bandera roja del suelo y me la eché a mi cuello que pedía a gritos abrigo por el frío al que le estaba sometiendo, el sol casi no alumbraba ya y el aire se había vuelto más feroz desde que salí de casa. Me senté en un escalón de la calle y una mujer con el pecho desnudo y una máscara de V de vendetta de miró. Yo sonreí mirándole los pechos. Ella se acercó y antes de que pudiese decirle una palabra amable, levantó su máscara hasta su nariz e irrumpió en mis labios con el más feroz y excitante de los besos. Se separó de mi y continúo su marcha reivindicatoria. Ese día había más arte en las calles de la que había visto en toda mi vida. entré entonces al bar más cercano a calentarme la garganta con algo alcohólico. Me senté frente a la barra y pedí un trago de absenta. Me lo sirvieron de inmediato, el bar estaba lleno, grupos de gente se reunían para escuchar a éste o aquel profesor de facultad marxista que les hablaba de ideales puros. La conmoción de la calle golpeaba las ventanas y las paredes con su estrépito, a nadie le pasaba desapercibida la marcha. No había terminado mi trago cuando alguien me tocó la espalda. Se trataba de Marcus. Me sorprendió haber dado con él.
-¿Cuándo has llegado? pregunté. Debido a la multitud no me extrañaba que hubiese llegado a ese sitio pero si que hubiese salido a la calle. Cuando lo dejé en casa parecía un deshecho, y ahora hasta parecía sobrio.
-Hace... Hizo una mueca pensativa -...mucho calor ¿no?
Me equivocaba con eso de que estaba sobrio. No me importaba tampoco cuando había llegado a si que tampoco insistí. Marcus colocó en mi mano mi cartera, me la había dejado olvidada en casa. Me subió la absenta y le di un fogoso abrazo de gratitud. Dejé unas monedas sobre la mesa, lo que me pareció más o menos el precio justo por el trago, con una propina por si me quedaba corto. Volvimos a la calle y al salir por la puerta tropecé con un hombre grande que casi me hizo caer a mi y a mi amigo que salía detrás. Me cogió de mi improvisada bufanda para no dejarme caer. Se disculpó sin mirarme mientras se abalanzó contra uno de los grupos, aparentemente para decir algo. Otra vida más que pasaba por mi lado y no comprendía. Lo que si comprendí fueron los gritos de una persona que entró gritando "La guardia nos ataca, los policías están atacando".
Maldije entonces el momento en que decidí tomarme un trago justo antes de que empezara una confrontación.
El caos se hizo mucho más grande ahora se escuchaban gritos de horror en la calle, los tambores ahora eran fogonazos. Velozmente entró un a persona vestida de arlequín a la cual no pude identificarle el sexo. Llevaba un gran paquete en la espalda oculto con una tela, se acercó al grupo más numeroso que le recibió amistosamente. Del envoltorio sobresalió lo que pude identificar como el cañón de un arma de fuego. Marco tiró de mi y salimos de ahí. Un camión con banderas revolucionarias arrancaba entonces avanzando lentamente entre la multitud. Parecía que el arlequín había salido de ahí. No lo sabía con seguridad, pero era un palpito de borracho que si resultaba ser cierto significaría que estaban armando a los revolucionarios y que las cosas se ponían peligrosas.

Aquella situación me parecía tan surrealista, desde que había salido de casa todo había acontecido de forma tan extraña que no pude hacer sino echarme a reír de nuevo de forma desenfrenada. Marcus me dio una bofetada, ya era la segunda que me daban, el alcohol ese día sólo me había traído bofetadas. Echamos a correr en dirección opuesta a la plaza. En las calles, unos minutos habían bastado para llenarlas de la arquitectura popular más hermosa, las barricadas.

Continuará... quizás...

miércoles, 23 de octubre de 2013

Dueño de la virtud

Hubo un tiempo en el que los adultos sabían cosas.
Conocían y no olvidaban
las cosas importantes, las minúsculas
esas que significaban el todo o la nada.

Ahora todo se ha olvidado
y el recuerdo arde entre llamas
del carbón que enciende las eléctricas luces.
El recuerdo, imperativo antaño, hoy falla
y no volverá a las mentes grises.

Y los ancianos quizás se sientan anacrónicos
se sientan cargas en los zapatos
pero lo cierto es que son los únicos
a los que envidio, ellos se han salvado
y morirán antes de vernos morir
en está patraña de porvenir
que nos hemos labrado.

Al diablo, el ruido y los rayos
recordemos lo importante que es mirarnos
lo importante de comprenderse
descubramos lo que es sentirse arropado
averigüemos lo que es levantarse
despertemos, que estamos soñando
y este sueño son sólo ilusiones.
Y, tal vez, cuando estemos arrugados,
y despertemos en el sueño de la muerte,
maldigamos nuestra desatinada vida
y exclamaremos con impotencia ¡¿por qué?!
¿no decidiste tú dormir acaso?
llora ahora, pues yo desperté
Viví empleado en grandes obras
disfrutando viendo las pequeñas suceder.
Si te limitas a soñar con tus sueños
te quedarás sin vivirlos después.


domingo, 20 de octubre de 2013

Cicuta para llevar

Una hoja que muere.
Una lágrima en el ojo.
Un piano que suene
en la nube que cubre todo.

Un cielo gris que apague
las ganas y el ánimo
y que en tu corazón con viento grabe
la tristeza y te vuelva apático

Una grieta en la ventana
cuyo reflejo muestre tu flema
Ese otoño que embriaga
Eso queremos los bilis negras.

sábado, 19 de octubre de 2013

who i am



¿Sabes que es lo que piensa un artista cuando ve a una mujer hermosa? En su cabeza, en ese instante en el que la encuentra con la mirada, se imagina como le haría el amor de forma apasionada. En que lugar, en que posición, incluso el momento del día si le da tiempo. En ese instante más o menos corto se imagina horas de intenso placer con esa mujer. Luego, cuando ha pasado, no se gira con intención de verla por la espalda. No está interesado en su nuca, su culo o sus piernas porque en su cabeza ya las ha visto desnudas, ha retozado con ellas, las ha palpado y besado. Eso es un artista. La persona inverosímil que desafía la lógica del placer haciendo tus deseos inimaginablemente más atrevidos y descarados.


Suspiro

Pues nada... Feliz cumpleaños, chica.

Canta, oh diosa, la tristeza del príncipe...

Podría mentir, decir
que tu recuerdo no quema
que no eres tú la sirena
que me envuelve en la tormenta

Podría decir que aunque sin ti
nunca estuve solo
pero lo estuve
y en mi nube
aun te añoro...

Y lloran perplejos
pájaros de lejos
que miran y se preguntan
¿qué será aquello tan complejo?
¿quién no les deja tocarse?
¿qué fuerza mayor corrompe
ese deseo?

Y lo cierto es que aun me lo pregunto
¿por qué alejarme de tu mundo?
Eras tan perfecta
tu voz mueve las saetas de mi tiempo
tu luz es mi calma
mi cobardía mi tormento
y el tropiezo de ignorarte
me hizo ver
que realmente
mi amor era todo cierto

Ahora en su papel
solo queda el iceberg
de mi corazón latiendo

Cada latido es puñalada
y cada día que pasa
el ave carroñera de la culpa
me desgarra las entrañas
y se alimenta
y luego a la mañana
intactas
mi vida... tan larga
y el dolor eterno
me enamoraste
ahora, remátame
¡te lo ruego!

domingo, 13 de octubre de 2013

Vivo para dar muerte al traidor de ésta mi Dinamarca

Que caigan la luz y los rayos
que encierren paredes y dientes
que fluya la sangre
y mermen los campos
que el aire sea todo éter

Que los humos exploten calcinando
los mares, los valles, los montes
y que el llanto sepultado
riegue la muerte,
siempre callando

Que mil desgracias ocurran
y destruyan lo que un día amamos
que huiré yo solo a la luna
y no lloraré lo que perdí
¿qué perdí acaso?

Un mundo con terreo color
sin luz ni aire, sólo fango
que viva en la luna la flor
y que espigas se queden su campo
allí vivirá mejor

Que ardan los pecados y faltas
que arda todo ser humano
y vivan aquellos albatros
y tomen el timón de la barca
y que naufrague en los peñascos

Justicia poética será
ironías de esta vida de prosa
desearía que todo acabara
desearía matar
y así mato, con mi boca


Se menos normal ¡joder!

Todo lo que necesitas para ser feliz está en ti. A si que deja eso que estés haciendo y simplemente haz un all in con tus sueños.

Tener una mala mano no excusa que no juegues. solo implica que deberás poner más de tu parte.
¿Tan pusilánime eres?

A hero will rise

El dolor lleva a ignorancia, la ignorancia a la desesperación, la desesperación busca culpable y forma y se torna odio, el odio en amargura y negror, aunque en el fondo sólo queda lástima y el eco del porqué no resuelto. La inestabilidad lleva al riesgo y la temeridad, y esta a la euforia y la adrenalina, al esfuerzo físico y la actividad corporal. Se te olvida lo que un día te hacía tambalearte, y actúas descuidadamente, luego viene la recaída y la depresión al saberte solo, la autocompasión y el aislacionismo, el recogimiento y el llanto. Después silencio, y calma. Luego el abrazo, cálido y cercano. Y las lágrimas lavan la conciencia. Empañan el cristal de tu alma y se deslizan por él, dejando húmedo rastro a su paso que nunca acaba de secarse. La caída y descenso lleva a la comprensión de uno mismo, a la reafirmación y la conciencia de tu ser. De tus sentimientos y debilidades. Luego las nubes no se disipan, sigue haciendo frío en tu corazón. Pero algo ha cambiado: estas de pie, pese a todo, estas alzado.

Orgulloso de aquel que nunca
dio a torcer jamás su brazo,
de aquel que se mantuvo firme
en cada uno de sus pasos.
Aquel que hace estremecer la tierra
y la hace fértil con cada trazo de su pluma,
aquel que sabe disipar la bruma
y salir siempre ganando,
aquel que encuentra Ítaca,
en cada isla que va encontrando.
Aquel que lucha,
y sabe llorar luchando,
aquel que nace y crece
con cada luna y con cada rayo.

Ese que siempre está presente.
Ese que nunca ha hablado.
Ese de pétrea estatura
que mide su grandeza en fallos.

sábado, 12 de octubre de 2013

Homicida es el silencio

El cielo gris no da respuestas
nunca las da
y si alguna vez tuvo color
hoy no lo pareciera
si algún día respondió
si alguna vez dio razón
calla ya...
no da señales de vida
y nos observa en pétrea expresión
nos moja de vez en cuando
nos encapota, nos captura
cual rebaño
y lloramos los que nos sabemos presos
y buscamos el porque
y el cielo calla
y maldecimos al destino
y malgastamos la vida bebiendo
esperando a una cornisa
que nos de la libertad
que nos abra, al fin, el cielo


viernes, 11 de octubre de 2013

Pesadilla revuelta

Nada bueno nace del calor
los incomprendidos
necesitamos frío
con el que lamentarnos
que nos dé la razón

Y aquí estoy yo
tan absorto como siempre
pensando solamente en sandeces
y en lo banal que es ahora mi voz

y la culpa es mía
o del calor

más no es de recibo
pensar así y no es legitimo
que de este sin-vivir
en el que vivo
culpe únicamente al sol
porque yo también lo veo
y giro la cabeza e ignoro el problema
mas, mella en mí poco a poco
y me destroza y me condena
y estas cadenas que hoy toco
podrían convertirse en sirenas
y ahogarme yo mismo en el lodo
de la banal realidad en que vivo

Debo levantarme o será tarde
quiero volver a mi amada boheme
o será tarde... ¡debo levantarme!
mi amada boheme, quiero volver

A si que déjame abrazarte
déjame sentirte y te seré fiel
sin dinero ni castillos
sólo quiero ver agua caer
por mis pequeños cristales rotos
quiero que destroces mi pecho
déjame hecho polvo
como solo tú me sabes hacer
hazme de nuevo un loco
o un genio, tal vez