La eterna agonía de un porqué sin respuesta...

lunes, 29 de abril de 2013

Y el mirlo batió sus alas

Las tivias aguas de la locura
bañan mi cuerpo destrozado
tantos finales posibles
tanto presente y sólo un pasado

No tengo remedio
remedio ni redención
un día soñar será penado
ese día: mi ejecucuón

No me importa, querida
no espero vivir siempre
si la vida es la ceniza
sea yo el aire que la lleve

Una soga al cuello
esa es la condena
por ser feliz en un sueño
construido con lamento y pena

La fríaldad es ternura
los astros lejanos pasan
yo aquí sin valer nada
observo, por matar tiempo, la Luna

domingo, 28 de abril de 2013

Fresa en partituras.

Sumida entre palabras
se hallaba sobre el sillón
silenciosa como un felino
las páginas desfilaban

Con un dedo en la comisura
de sus hermosos labios rojos
tan bellos como ella,
expuesta de cualquier modo

Fue verla y ver el mundo
conocerla y el vivir sentía
no existe obra tan altiva
como sus hermosos labios rojos
como su postura de arpa dormida

. .

sábado, 27 de abril de 2013

Y esta vez... ¡es personal!

Corría, corría desesperadamente a ninguna parte. Aquellas palabras que habían pronunciado hace un par de momentos aquellos demiúrgicos intentos de docentes me sacaban de quicio. ¿Qué sabrían ellos? ¿Qué sabrían mis padres? ¿Qué diantre se creía toda la puta sociedad que sabía de mi, de lo que quería ser? Solo corría y pronto quedé exhausto, sin poder respirar bien, con la boca sin una gota de saliva. Ni tan siquiera podía tragar.
Me apoyé sobre una pared con el brazo en la cara, creo que lloraba. Disipé mis lágrimas con la manga. No iba a llorar, ya prometí una vez que no lo haría más, y no volvería atrás en mis palabras. Me prometí ser fiel a mis principios, ser fuerte, enfrentar mis problemas cualquiera que ellos fueran. Me sentía tan profundamente solo, sin nadie en el mundo que me comprendiera salvo yo mismo. Me senté en el suelo sin tener ni idea de que sería de mi o de mi futuro. Tan solo quería llorar en ese momento pero me forcé a no hacerlo. Sólo no quería ser un autómata el resto de mi vida. Tan solo quería volar, se ve que eso es locura en este mundo de homicida monotonía.

Era un día frío, no recuerdo el mes, pero hacía un frío espantoso y yo iba poco abrigado. El aire bateaba mi cara. Mi pelo largo se movía con él. Cerré los ojos e imaginé que me separaban kilómetros del suelo. Un hombre sin patria, ni cuentas que rendir. Abrí los ojos de nuevo y en mi frío y desesperanza la vi. Con una sonrisa brillante, con el pelo largo y negro como el espacio que separa los astros nocturnos. Me abrazaba con infinita ternura, y su contacto me decía que no estaba solo, ni tampoco loco. Mía. Y en ese momento todo convergió en una sola creencia, una revelación, yo... iba a convertir el norte en sur. Por ella, por mi, yo iba a cambiar esta estúpida sociedad.



jueves, 25 de abril de 2013

La manzana roja.

Atravesó la habitación sumida en la oscuridad de la tiniebla, las sombras se cernían por las paredes junto a él. el suelo expiraba un humo negro que calaba en la piel y el ánimo. Frente a él una mesa. Era grande, con un tapiz granate sobre él. Las paredes también estaban empapeladas en rojo debajo de las sombras, y en el suelo descansaba una alfombra, roja también. Sentada en una silla de madera, la reina, en cuyas manos se movía en circulos una copa. Una copa de vino, por supuesto, tinto. Le hizo un ademán para que se sentara frente a ella y así lo hizo él.

Ordenó con la mano al diez de corazones que le sirvieran vino a su acompañante y él agachó la cabeza en señal de agradecimiento. Tomó la copa con tres dedos y se la llevó a los labios, no sin antes pasarla por la nariz y disfrutar de su dulce aroma.
-¿Sabes por qué te he hecho venir?
Tras beber dejó la copa sobre el tapiz. Se llevó delicadamente una servilleta a sus húmedos labios. -Ni la menor idea me hago.- Mentía como un cosaco.
La reina se mostró asqueada con la ironía, pero trató de ser cortés, no era buena la fama que tenía y necesitaba ganarse el favor de ese hombre -¿Sabes que es lo que creo? Creo que me tratais con ese desprecio y desaprobación porque me habeís converido en una mujer fatal sin motivo, estais errados de pensar que mis intenciones siempre son egoistas y crueles, nada más lejos de la realidad, sin embargo. Es cierto que he cometido muchas negligencias pero siempre fueron pequeños caprichos de una niña sin mal. No sabía lo que me hacía, y ahora cargo con los frutos de una infancia irresponsable, aunque no recrimino vuestra visión, en realidad teneis motivos que justifican vuestra oposición.
La cara de él mostró entonces una hipócrita sonrisa. -El conocimiento siempre es prejuicio, la verdad es tan voluble como una hoja al viento, las personas son sólo las máscaras que se ponen en nuestra presencia, y la ley es desorden en este mundo de demencia, el bien, el mal, la responsabilidad... Nada sé de usted, ni me vaticina mi perspicacia que podríais desear de mí.- Dio otro sorbo del vino. ¡Como mentía el bastardo!
Ella sonrió y también se llevó la copa a la boca. Lucía un bestido ajustado con corsé al torso, con un gran corazón bordado que subía desde el ombligo hasta los pechos, con unas generosas faldas negras hasta los tobillos y éstos calzados con unas gruesas medias del color de las faldas. Dios, que largas tenía las piernas.
Era hermosisima, tenía el cabello negro y liso como la carta de una baraja recién estrenada, la cabeza larga y delgada, la nariz puntiaguda, mofletes pálidos, casi convexos, una barbilla pequeña y partida y unos labios... rojos como un mar de sangre, insinuantes, en apariencia indefensos pero letales en cuanto uno de confiaba, uno de esos labios que hacen arder la atmósfera y la abrasan. Era extremadamente delgada, todo delgado: cuello, hombros, brazos... casi no tenía pechos pero el corsé corregía esa percepción. Un peligro de mujer. Un peligro con Q mayúscula.
-Me agradas, hojalata. Dijo con majestuosidad. Él respondió una reverencia complaciente. -Sé bien que podemos llegar a un acuerdo. Puedo ofrecerte un corazón a cambio de una cosa, una cosa blanca, trajeada y con un reloj de bolsillo, ¿sabes a quién me refiero?
Asintió con la cabeza sin el más ligero cambio en su temple.
-Aquello que tú anhelas por aquello que yo anhelo. ¿Está bien?
No sabia que quería la reina del conejo ni tampoco alcanzaba a imaginárselo, pero que lo andaba buscando no era un secreto para nadie. -Creí que era un fiel servidor vuestro, el conejo, ¿acaso...?
Parecía contrariada, él se detuvo al instante.
-Es solo un animal, no rinde pleitesía a nadie. Carece de razón y desconoce la lealtad. Eso ultimó lo dijo casí gritando, se entreveían signos de displicencia. -Deseo conversar con él, sólo te pido que lo encuentres y lo escoltes hasta aquí. Te daré el corazón entonces.
Él asintió, sabía que la reina no lo reclamaba sólo para tomar el té pero no podía dejar escapar tan suculenta ocasión de hacerse con un corazón. Al fin y al cabo, era todo cuanto le distaba de la felicidad y todos sabemos que, para los hombres de hojalata el fin justifica los medios.

Life in "F sharp"

“Three passions, simple but overwhelmingly strong, have governed my life: the longing for love, the search for knowledge, and unbearable pity for the suffering of mankind. These passions, like great winds, have blown me hither and thither, in a wayward course, over a deep ocean of anguish, reaching to the very verge of despair. I have sought love, first, because it brings ecstasy – ecstasy so great that I would often have sacrificed all the rest of life for a few hours of this joy. I have sought it, next, because it relieves loneliness – that terrible loneliness in which one shivering consciousness looks over the rim of the world into the cold unfathomable lifeless abyss. I have sought it, finally, because in the union of love I have seen, in a mystic miniature, the prefiguring vision of the heaven that saints and poets have imagined. This is what I sought, and though it might seem too good for human life, this is what – at last – I have found. With equal passion I have sought knowledge. I have wished to understand the hearts of men. I have wished to know why the stars shine. And I have tried to apprehend the Pythagorean power by which number holds sway above the flux. A little of this, but not much, I have achieved. Love and knowledge, so far as they were possible, led upward toward the heavens. But always pity brought me back to earth. Echoes of cries of pain reverberate in my heart. Children in famine, victims tortured by oppressors, helpless old people a hated burden to their sons, and the whole world of loneliness, poverty, and pain make a mockery of what human life should be. I long to alleviate the evil, but I cannot, and I too suffer. This has been my life. I have found it worth living, and would gladly live it again if the chance were offered me.”

The Prologue to Bertrand Russell’s Autobiography, What I have Lived for (1967)


Me encanta este texto. Me ha llegado a la patata. Parece mío y todo.

domingo, 21 de abril de 2013

La metafísica de la pasión

Si la sonrisa es pasajera,
las mujeres traicioneras
y las miradas volátiles,
seamos solo hojas,
¡abandonémonos al aire!

Si el mundo es un misterio
y perezoso yo para descifrarlo
será un montón de incógnitas
lo que recoja mi retrato

Si la vida está a la fuga
y se escapa entre los dedos
bebámosla, sin duda
 debe saber mejor que el cielo

Si tus manos son el hielo
y témpanos son tu pelo
deja posar mi alma cándente
junto a tu pecho
sólo esta noche

olvidemos el compromiso
dejemos la responsabilidad
olvidémonos de ser maduros
¡y rompamos nuestra intimidad!

Si la luna es el testigo
y el error el mejor camino
equivoquémonos, te lo ruego
y laméntemoslo todo
pero luego.


jueves, 18 de abril de 2013

Ice Cream.

Empezaba a preguntarme muchas cosas. Cosas que jamás me cuestionaba. Quería cosas, cosas que jamás había querido. Me faltaban palabras, por primera vez. Intentaba llamar a Mía como siempre lo había hecho pero me costaba sentirlal, algo se interponía. Un par de manchas de preocupaciones distorsionaba la voz.


Hubo un día un príncipe
que decidió cambiar el mundo
un mundo que lo había masacrado
que lo había abandonado sin rumbo

un mundo sumido en desidia
un mundo de apariencia
un mundo sin luz del día
un mundo sin bien ni malicia

Donde los corazones de la gente
sin trabajo ni ganas de trabajar
se limitaba a bombear sangre
como máquinas de electricidad

Y las estrellas se apagaban
y la luna era siempre igual
y el cielo rojo se volvía
y se partía por la mitad

Este príncipe quiso hacer algo
era hacer algo o desfallecer
solo una musa medio dormida
acompañaba su nocturno hacer

Lanzaba gritos desesperados
gritos que en la boca llegaban a arder
como joyas carmesíes que un día tuvo
como aquellas joyas que no van a volver

infancia feliz tesoro
¿soy el único que aun te retiene?
infancia sueños de oro
¿acaso seré el único que te mantiene?

Pese al grueso del camino
pese a los años de mi caminar
a mi lado me acompaña el niño
que sigue odiando madrugar

La historia del príncipe no ha acabado
quizás lo haga sin que nada llegue a cambiar
aun así proclamo entre tanto acero

que mi vida no será una más


Hyouka

Los humanos se olvidaron
de la belleza de su mundo
tantos sueños desdeñados
Tanto sufrir, tanto ser vagabundo

Nadie recuerda nada
todos, panda de ineptos,
ni en vuestra misma cara
sois capaces de ver que estáis muertos

Me dais lástima,
me pudrís en el lamento,
no puedo comprenderos
no se como es vivir
más allá, fuera de un cuento

 Yo me repliego
con las alas de mi poesía
de mi prosa como por magia caída
mi vida es mi sueño...
y harto estoy de ver idiotas
que se creen que no hay más que esto
la fantasía nace si la tocas
no si te anclas en un mundo muerto

Y siempre se es joven y capaz
mientras se tenga una misión
que dure en tu alma la voluntad
la vida necesita del valor

Tras de mi no habrán gladiadores
que se enfrenten al acero del mal
después de mi no crecerán flores
que sueñen con alguien
a quien deleitar.
Las musas caerán
y un montón de dadás
creerán que las tocan.
Cuando muerto esté
ya no habrá belleza
ni habrá vuelta atrás.
La verdad: pura irrealidad
transcribir la fórmula del mundo
eso es el arte
y el arte así lo convulsionará.
Un ser polimorfo, el mundo:
paraíso o suburbio
En tu mano está...
Deja de llorar
y grita


martes, 16 de abril de 2013

Cosas insignificantes

Se quedó inmóvil mientras ella se acercaba a él. Tenía los labios separados y su cara embobada observaba sin crédito la pequeña risa de complicidad que mostraban los labios de ella. Se acercó arrastrándose con sus rodillas por el suelo hasta él. Se detuvo a escasos centímetros. Ella parecía tan segura. Él ni tragar saliva podía. Desde que el cuello de la botella fortuitamente había señalado una de sus rodillas solo había podido girar lo suficiente la cabeza como para mirarla a ella y ella como si de la cosa más trivial se tratara ya había logrado llegar hasta allí. Sus narices colisionaron en el más lento de los impactos y casi sin conocimiento, con el corazón en la garganta y a cien pulsaciones por segundo, sintió que cerraba los ojos e instantes después que el labio inferior de ella se colocaba de la forma más suave y dulce posible en su boca. Se mantuvieron así un momento, tan solo unos instantes. Luego ella separó los suyos al mínimo y los de él se movieron, ciegos, buscándolos una vez más. Ella los movió entonces devolviéndolos al sitio anterior, muy despacio, él seguía sin moverse y abrió lentamente los ojos aun sin conciencia ni razón. Cerró entonces la boca queriendo apresar ese momento, ese sentimiento, ese sabor que no era otra cosa más que el haberla tenido tan cerca...


Tras ese momento siguieron pasando cosas, cosas que el no recuerda, cosas... insignificantes cosas....

jueves, 11 de abril de 2013

ser de mi yo

Si la magia abandona los sonetos
si no te escribo poesia
si mi letra deja de ser tu alegría
¿me seguirías queriendo?

Si mi destierro se convierte
en olvido y mi principado
mi cabeza deja de lado
¿qué tengo yo que ofrecerte?

Pobre ser indolente
no eres nada sin ello
una soga al cuello
seria tu mejor suerte
Ser criado entre delicias
En ti está todo tesoro
tú eres mi ironía
tú y yo somos el todo

solo vive maldita sea
y sonrie como ningún otro

Sólo seré un pequeño ser malicioso
pero tengo mi lado...
tierno después de todo

Soy las espinas de las rosas
de las rosas más hermosas
desterradas sin piedad
por no ser iguales a las otras

y sin ellas no soy nada
sin ellas falto a mi vida
y mi vida fallecida
vive por que el más allá
no me abre la entrada...

Ay hadas mias...

lunes, 8 de abril de 2013

Me paso de listo

Ese momento en el que uno se pregunta: ¿Cuantas cosas mal he hecho en mi vida? desconozco todo sobre el mundo. Realmente no soy más que una pequeña pieza insignificante en este gran rompecabezas. Sin embargo seguimos adelante, sin detenernos un segundo. Nos creemos siempre más sabios, más experimentados en el arte de vivir... ... ¡Je!

Me pregunto si seguiré siendo príncipe destronado como lo era antes. Está claro que no soy el mismo al completo. Ahora fumo y bebo, me inspiro con rock y me muero por probar el sexo (aunque no con cualquiera, no soy un adolescente salido que se pase el día con esa inquietud)

Creo que me he vuelto un capullo chulo, pero me prefiero antes que ningún otro yo pasado. Creo que ahora me respeto más que nunca. Alcanzando la soberbia incluso. Tal vez relea esto cuando sea viejo y se me ilumine una sonrisa y diré, seguro que diré, que pedazo de juventud pasé. No creo que mis padres se sientan muy orgullosos si vieran cada una de mis noches nadadas en alcohol pero de alguna manera, todas ellas han sido necesarias de alguna manera para el yo futuro. Tengo la sensación de que nada habla de mi, con nada me identifico. Me encantaría que el próximo libro que cogiera tratara de un adolescente enamorado de la Luna como yo. De un gato vagabundo, sin dueño ni patria que le encanta arrancar cortinas (metáfora de abierta interpretación).

Me gusta este caos, este mundo en cierta forma horrible y dantesco... en el que siento que vivo últimamente. No se si estudiar filosofía es ahora mismo lo que más quiero y no paro de repetirlo una y otra vez. Pero no veo alternativa, me gustaría hacer tantas cosas... empezando por salir de mi casa. Independizarme y dormir con una chica cada noche, irme a Paris de viaje y levantarme en una cama diferente cada mañana, o irme a Amsterdam y despertarme con una mujer a un lado un hombre al otro y un porro entre los dedos. Vivir la vida vamos. ¡Y que sea una gran vida! Nada de medias tintas o todo o nada. Tal vez perdiera la vida pero la vida no desearía perderla.


Esto es solo el principio, el principio de algo grande, de algo muy grande que ni me imagino. Un puto huracán construido a base de bocanadas de humo.

 Mi escritorio en Sí

domingo, 7 de abril de 2013

Red


Le gustaba mucho el color rojo y los corazones. Había sido una princesa criada entre algodones y cuyos caprichos fueron consentidos sin faltar a uno. Desconocía el “no” con todo lo que ello conlleva en una pequeña cuyos dedos de las manos aun alcanzaban a contar su edad.
Le gustaba también mucho los flamencos y las rosas, siempre que estas últimas tuvieran su color favorito.

Cuentan que, una vez, paseando por un extenso jardín laberíntico bajo la luz de la luna se topó con la esbelta figura de un apuesto joven, quien tras dedicarle una amable sonrisa desapareció en la espesura de la noche. A la pequeña le causó esto soberbia impresión y como si toneladas de plomo se hubiesen puesto sobre sus hombros, cayó al suelo, con los ojos aun fijos donde había estado, y profundamente enamorada de aquel ser misterioso.

Dio sus referencias a sus conocidos y sirvientes con la finalidad de hallarlo. Lo anhelaba como a nada en el mundo. Quería volver a verlo, que le volviera a sonreír de esa manera que le destrozaba el pecho.
Finalmente encontraron al muchacho en cuestión y la infinita ambición de la niña lo llevó a ser retenido en un aposento del castillo de la pequeña.
Ésta le hacía visitas diarias, a todas horas pero pese a que le brindaba los más exquisitos manjares y ponía a su servicio todas las comodidades y entretenimientos, el joven no volvió a mostrar su sonrisa.
Esto frustraba más y más a la pequeña, quien no sabía que hacer para agradarle, se sentía confusa ¿por qué ese hombre no le daba lo que le pedía? Realmente no lo comprendía, y su rabia crecía con los días.
Llegó el invierno y su rabia tornose pena y desesperación, quería más que nada la sonrisa de aquel chico, nada le importaba ya salvo aquella sonrisa. Se pasaba las noches pensando en ese momento, en aquellos jardines. No quería ya nada, los corazones, los flamencos… todo palidecía ante la idea de volver a ver esa sonrisa. Como una punzada, en su pecho, sentía esa carencia y nada saciaba su ahogo. Desesperada volvió al cuarto del joven. Le suplico por su sonrisa le rogó por ella, le dijo que a cambió le daría cualquier cosa que pidiese. A lo que él respondió: “déjame libre.”
-Pero, replicó la niña, si te dejo libre te irás y no volverás a ser mío.
El joven comprendió lo inútil que sería pedir libertad, que jamás la tendría mientras esa niña siguiera siendo su carcelera.
-Entonces… masculló con un hilo de voz. Entonces que me corten la cabeza.

La niña se fue entonces profundamente dolida por esas palabras y lloró sumida en la tristeza durante horas.
Volvió entonces para volver a negociar, y en el suelo halló el cuerpo inerte del muchacho, con una mano en una cuerda que accionaba un ruinoso mecanismo de poleas. Había también la mitad de una ventana rota en pedazos por el suelo. Un rastro de sangre salía de ésta y acababa con la decapitada cabeza del joven un poco más allá.
Y el rojo que tanto le gustaba a la niña tomó un cariz horrible y dantesco.

La luz que mostró su sonrisa jamás volverá, ella que quitó la libertad, ella que quitó la vida, ella que enamorada quitó la sonrisa… Convirtiose en la Q de corazones.

viernes, 5 de abril de 2013

Reina de las camelias

El rojo de las camelias
donde se acumula el agua

la tristeza resentida
de lágrimas de las hadas

La infinita calma
donde sanan las heridas

La reina de las camelias
te has vuelto sin quererlo
y yo principe de las delicias
fracasé en tu sufrimiento

Fuiste un hada todo el tiempo
que con sus alas se elevaba
no importaba el cierzo
ella volaba con mis alas

altiva ¡más que ninguna!
hermosa como el cerezo
altiva ¡como la flor más pura!
hermosa y sin saberlo

elegante y sobervia
se ergia y nada la tocaba
no la atraía la mentira
mis musas la creaban

Y recreaban sus labios
un témpano de hielo
para que ningún ser
osara nunca comerlos

Y yo, este idiota
arrancó su ideolatría
la escatimó como otra cosa
y la paz que te debía
tornose llanto y congoja

yo que te debo
una eternidad sin mancha
buscaré yo el arreglo
de volverte el ánimo de mi espada

Tu tristeza ahora es mi muerte
y desfallecen mis pupilas
más acato gustoso esa suerte
que bien la tengo merecida.


miércoles, 3 de abril de 2013

Never alone in the dark

El hijo de la sombra que desafió a su padre brillando como el mismo sol. Renuncié a mi sello, construí piedra a piedra mi reino y me erguí como príncipe del mismo. A veces mis raíces afloran en mi alma y sepultan mi alegría y felicidad. Pero yo soy más fuerte. No porque lo sea, sino porque debo estar convencido de que lo soy para serlo. En mi mano reside el destino del mundo. No soy una especie de elegido, solo soy un humano, normal y corriente, con una peculiaridad: soy el único consciente de mis posibilidades.