Sumida entre palabras
se hallaba sobre el sillón
silenciosa como un felino
las páginas desfilaban
Con un dedo en la comisura
de sus hermosos labios rojos
tan bellos como ella,
expuesta de cualquier modo
Fue verla y ver el mundo
conocerla y el vivir sentía
no existe obra tan altiva
como sus hermosos labios rojos
como su postura de arpa dormida
. .
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