Las tivias aguas de la locura
bañan mi cuerpo destrozado
tantos finales posibles
tanto presente y sólo un pasado
No tengo remedio
remedio ni redención
un día soñar será penado
ese día: mi ejecucuón
No me importa, querida
no espero vivir siempre
si la vida es la ceniza
sea yo el aire que la lleve
Una soga al cuello
esa es la condena
por ser feliz en un sueño
construido con lamento y pena
La fríaldad es ternura
los astros lejanos pasan
yo aquí sin valer nada
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