Lamento haberte arrastrado a esta orilla
de arrepentimiento y daño inmerecido.
Lamento haber vivido escondiendo la mentira
me creí con derecho a todo lo ofrecido
cuando no merecías compartir mi pesadilla
Sé que sólo pongo escusas
y que la culpa es por entero mía,
sólo espero que perdones mis muchas
fallas contra ti, sin querer, cometidas
No soy buen ejemplo, ni un caballero
ni merecedor de alguna reverencia
sólo soy un imbécil, un teatrero
que no vio su cobardía en su demencia
Lamento que hayas salido mal parada,
nada mereces tú de todo esto,
el único responsable soy yo y mis palabras,
la ignorancia es tanta falta como el resto
A si que con esto firmo mi condena
y se pudre mi ser con mi error cometido
Y el último trozo de alma que me resta
reniega del monstruo en el que me he convertido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario