-Que pena que aquí no nieve
¿Verdad Mía?
si nevara podría parecer
que se purifica este alma mía
ahora, que es invierno, nevaría
y la nieve cubriría en su caer
toda esta ciudad
y a mí también.
Necesito frío
necesito renacer
de mis cenizas y a mi ritmo
de alguna forma u otra,
volver...-
y a mí también.
Necesito frío
necesito renacer
de mis cenizas y a mi ritmo
de alguna forma u otra,
volver...-
Decía yo,
mientras amanecía
mientras amanecía
que bonito, el amanecer.
Parecía recoger
el alba la pupila
de mi musa ahora abstraída
-¿En qué piensas? Pregunté
-¿Soy realmente necesaria?
Pregunta como respuesta
no supe yo responder.
-¿Qué diantre dices, mujer?
si tu eres la única que sacia
esta amarga vida de hiel.
-¡No digo eso!
Tienes mujer que haga de mí
Tienes realidad, un cuerpo
porque aferrarte a ilusión infantil.
Suplí tu necesidad
cuando, solo, precisaste
porque aferrarte a ilusión infantil.
Suplí tu necesidad
cuando, solo, precisaste
de alguien a quien amar...
Pero ahora...
-Calla, no quiero escuchar más.
La realidad suficiente daño ha causado.
Estoy loco, lo sé, deja pues morir alzando
la voz, a este loco irracional.
-Tienes miedo de verte solo en tu soledad.
-Claro que lo tengo, vivo temiendo
por eso estás, y sanas
mis heridas de guerra de Troya
muero y en tu beso anhelo
maravillas jamás contadas.
mis heridas de guerra de Troya
muero y en tu beso anhelo
maravillas jamás contadas.
Vive tranquila sabiendo
que jamás humana habrá
compartiendo este cielo nuestro.
Este mundo es sólo mío, tuyo y nuestro
No hay comentarios:
Publicar un comentario