La eterna agonía de un porqué sin respuesta...

domingo, 29 de diciembre de 2013

RIOT! Aceptamos pulpo como animal de compañía

Queda poco para que acabe el año. Pero estoy bastante contento con todo. Estoy aprendiendo a ser feliz sin estar entusiasmado por nada en particular y eso creo que es bueno. No es como si no quisiera entusiasmarme con algo, después de cerrar lo de Nat está claro que necesitaba un tiempo para reponerme. Pero hay una parte de mi que es TAN masoca que quiere mi absoluta y eterna infelicidad, es algo que no erradico, quizas debiera, pero no lo hago porque por muy contaminada y enfermiza que sea esa parte sigue siendo algo que soy. He aprendido a quererme con mis demonios, es lo que tiene tragarse todo el dolor y la angustia. Al final acaba siendo parte de uno mismo y cuando toda tu alma es un cúmulo de tristeza y desamor acabas haciendo daño a victimas inocentes que tienes a tu alrededor. No puedo pretender dar felicidad cuando yo mismo no soy capaz de procurarmela para mí. O eso creo.

Mi vida se ha convertido en algo complejo, yo mismo soy la distorsionada percepción de un presente que se volatiliza por momentos con la fuerza del C-4. A veces una cosa, al segundo siguiente otra. Y al final con ninguna me quedo. No sé ni lo que quiero ni lo que es bueno para mí ahora. Bueno sí sé lo que es bueno, debo estudiar y esforzarme para mejorar en mis proyectos. Pero no sé de donde sacar el ánimo y la motivación. No estoy entusiasmado especialmente. Pero mi vida no es desdichada. Es confusa y muy rarita.

viernes, 27 de diciembre de 2013

Sangrado

Las nubes vuelan lejanas.
La lluvia da tregua a las ventanas
y el vaho casi extinto del cristal
aun difumina debilmente mi faz
La larga sucesión de desventuras
anula mi ánimo indolente
e infectada mi sangre de bilis negra
no pudeo sino morir
por la creeciente decadencia de mis poemas

Como desearía
que se desvanceiera mi reflejo
y que el vacío ocupara su lugar
pues un poema muerto
mata al artista
y prefiero morir
a verme y no sentir mi cuerpo

La tortura del artista
hablar sin decir nada
moverse sin dejar pista
y ahora que azota época nevada
sólo me ocupo en vanidades
Doy pena, lo sé
y nada es capaz de rescatarme
y en este estanque
pútrido y malsano
se esconde mi alma furtiva
porque es mejor esta mentira
a la realidad que tengo entre manos.


El más feroz.

¿A quién rendir cuentas?
¿Quién dice ser mi rey?
si en la tempesta de la batalla
no corto sino por mi ley

¿Quién dice ser mi enemigo?
¿Quién me desafía? Lo enfrentaré.
La fatiga del camino de estar vivo
no descansa hasta verte perecer

¿Quién es mi Dios? Yo mismo
mi suerte fue la que yo me procuré
Y controlando mi destino
mi espada guía mis pies

Es por eso que no creo
en nada que no sea yo
yo soy todo cuanto tengo
y lo defiendo del invasor

Es por eso que me enciendo
cuando tratan imponerme su voz
especulando teorías, creyendo
sólo suya la verdad y la razón.

En la feroz batalla de la vida
no veo más que enemigos,
inclusive entre mis filas
espadas apuntan mi ombligo.

Como Aquiles con sus mirmidones
contra aqueos y troyanos.
Si es lo que dictan vuestros corazones...
Venid a por mí ¡VAMOS!

sábado, 21 de diciembre de 2013

Visicitudes de la navidad

Hace tiempo que no escribo nada. No es propio de mi. No es que no tenga ideas o que no tenga la inspiración necesaria. Es simplemente que he estado ocupado con otras cosas. Menos importantes para mí que este blog, pero creo que no me ha venido mal desconectar un poco de mi mismo, hacer cosas. Cosas normales, no sé. Cosas....

Ahora se hacerca una de las epocas que más me gustan y menos me gustan del año y es diciembre, estamos a 21 de diciembre. Hace un frio considerable en la calle, me ha crecido mucho el pelo, creo que es la vez que más largo lo llevo de toda mi vida, creo que me lo cortare un poco, o no, no lo sé. A lo que iba, que me distraigo. Me gusta el invierno siempre he pensado que esta estación sirve para deshacerse de todo el remordimiento y las culpas. La nieve y su blancura siempre me inspiraron a empezar de cero, el frío que rodea se siente como la intimidad del útero materno, y cada invierno es un comienzo y un despertar, un renacer de entre las cenizas hacia un próspero año. No quiero que esto suene como un mensaje feliz, creo que ha sonado así, no me gusta que lo parezca. Digo que no quiero que lo parezca porque es desgarrador dejar parte de ti, borrarla y dejar que se la lleve el viento invernal, almacenarla en un corazón de hielo. Guardar ese pesar dentro de tí y enfríar tu gélido corazón con ese dolor y sufrimiento, remordimientos y culpas. Encerrarlo y volver más fria tu mirada, tu conducta, esa apatía propia del invierno es la que me gusta. Sin embargo pasa algo y es que el invierno se ha vuelto la gran época para el consumismo y la superficialidad ultraexagerada de mis días -iba a decir de nuestros dias pero a quien coño le estoy hablando sino a mi mismo, sí hablo solo, y mi condenado subconsciente me recuerda la ilusión que aun tengo de poder llegarle y hablarle a alguien más. En fin.- Volviendo al tema, la mencionada superficialidad me aborrece y yo a ella. Nunca nos hemos entendido somos dos seres que se profesan un odio atronador condenados a vivir juntos, él me da la espalda y yo a él. Me sigo preguntando qué diantre ve la gente en comportarse de forma tan forzada e inhumana, porqué ese apego por los objetos materiales. Todo un misterio.

Todo esto podía ser especial y mágico cuando eres pequeño y las cosas cobran más significado, cuando las cosas dejan de ser lo que son y se convierten en parte de una gran mundo de fantasía interior. Uno de mis mejores regalos cuando era pequeño fue una casa construida a partir del carton de una caja de un regalo, eironeia. Lo que quiero decir es que cuando se es pequeño uno se ilusiona con la navidad y todo eso porque jugar para un niño es apasionante, o mejor dicho, debería ser apasionante y de ahí la ilusión.

En fin supongo que diciembre, mes que a mi parecer simboliza el frío el retraimiento y la soledad, para muchos es una época feliz, quizá por eso no me guste esa parte, quizá soy un monstruo incapaz de querer la felicidad ni siquiera para sí mismo. Aunque quiero ser feliz, creo, supongo que soy feliz sientiendome infeliz y desdichado, es algo extraño, ni siquiera yo lo entiendo pero os aseguro que no es tan triste como parece. Es simplemente que soy algo masoca.

jueves, 12 de diciembre de 2013

Sanguinario por necesidad

Me sentía profundamente solo. No era un sentimiento desagradable, al contrario, me reconfortaba. Por fin sentía ese calor invernal, porque la esencia de las cosas es el contraste y cuanto mayor es el contraste más hay de una y de otra. En un mes frío, cuando se siente calor es tan agradable... ninguna otra sensación la alcanza. El calor de invierno es... magia. Y en ese momento, me visualizaba a mí mismo. Sentado en una silla delante de la mesa de mi cuarto. En mi casa. Iba descalzo y mis pies tocaban la caoba del suelo, oscura y cálida. Hacía cualquier cosa. Escribir probablemente. Tal vez estudiase. No lo sé. El caso es que ella me miraba desde la pequeña puerta que da a mi cuarto. Estaba callada, parecía como si estuviese nevando en aquel cuarto y la nieve nos enmudeciese, nos aislase y abrigase. Ella quería acercarse pero un cúmulo de nieve se lo impedía. Seguía mirándome sin poder acercarse. Fue en ese momento cuando la vio. Vio el fantasma de mi arte, como una ilusión radiantemente blanca. Le pareció hermosísima, tan hermosa como herida y dañada por la cruel incomprensión y la falta de auxilio, sintió lástima por ella. Comprendió entonces que aquel dolor era compartido también por su artista. Ella quiso acercarse aun con más ganas a mí, deseaba cruzar el océano de nieve que nos distanciaba abrazarme y sosegar mi dolor, pero la sangre que derramo y que me baña por completo es cálida, y aunque mi corazón sea hielo se siente bien el contraste. Contraste....
Mi arte es puro desastre y desasosiego, un infierno en vida cuya armonía da consuelo a mi humilde y titánica vida de castigo autoimpuesto, de lamento entre el silencio y heridas que supuran y me calientan y marchitan con su riego, un unísono perfecto entre sangre y hielo.
Me giré del escritorio y vi su rostro perplejo. Ella vio el mio. Con ella no hacía falta ponerme ninguna máscara. Crucé el Atlántico blanco que nos separaba y la besé en la mejilla, ella atesoró mi contacto como si no quisiese que me separase nunca. Su cabello negro caía como un río de lágrimas por su espalda. Sus ojos me miraban con infinita ternura llenos de aflicción. Sus labios eran tan rojos... brillaban con la luz del remoto sol de invierno. Le subí la barbilla y la besé. Su carmesí era muy dulce y muy cálido. Fue un beso húmedo, más cálido que apasionado, como el de dos amantes que se despiden para siempre. Ella quería cerrarme todas mis heridas con aquel beso y sentían como sus labios transmitían un intenso deseo de impregnarme de vida y de razón de ser. Pero yo no podía permitirlo, ello conllevaría arrastrarla a mi oscuridad, a mi mar de inmenso sufrimiento y desesperación... a una soledad a la que ningún ser humano ha sido capaz de sobrevivir.
Yo perdí a mi amor una vez y lo transforme en musa para que narrara mi desesperación porque la soledad que habita dentro de mí es inmensa y ni un monstruo como yo es capaz de soportarla. A si que ahora sólo me nutro de sangre, pues mis heridas que bañan mi piel nunca se cierran y esta sangre que pierdo la recupero con las presas que en mis fauces vuelcan sus más puros e inocentes deseos.

¿Quién soy? soy una bestia, un monstruo. Aquel al que todos los hombres desean matar. Un ser sin corazón ni reflejo. Un habitante de las gélidas cumbres de la soledad. Yo... no soy Nada ni Nadie.

lunes, 9 de diciembre de 2013

El tormento del guerrero.

El grifo goteaba. Una gota caía... luego otra... y chocaban contra el mármol del lavabo. Ese choque resonaba en su tímpano de forma atronadora. Bajó entonces de su ancha nariz una gota de agua. Tenía toda la cara mojada. la gota cayó junto a su anterior compañera y juntas emprendieron el viaje hasta las cañerías. Le esperaban afuera. Aun no era el tiempo de salir pero una multitud clamorosa le esperaba. Es una cuestión de orgullo y esfuerzo.
Otra gota cayó del grifo. Volvió a resonar en su tímpano, como lo hace un directo en mitad de la cara. Alzó la vista del frío mármol para mirar su rostro en el espejo. una luz fría le iluminó parcialmente la cara. Cayó una gota de uno de sus cortos mechones de pelo. Y de nuevo hacia el desagüe. Los guantes colgados a su cuello le pesaban kilos y kilos. Todo era cuestión de superación, de resistencia, fortaleza mental y física. Precisión y dinamismo. Todo era cuestión de no venirse abajo.
Sus rasgos se marcaban muy profundos con aquella luz. Parecía que había envejecido veinte años. La barba le salía muy puntiaguda y le molestó en las manos cuando se tapo la cara para relajarse y concentrarse. La luz brillaba muy lánguida, el sitio resultaba tenebroso con aquella luz que le enfocaba. Un escalofrío recorrió su espalda junto con una gota de sudor. El enfrentarte a un destino incierto es terrorífico. Pero ese no era su caso, su rival no dejaba abierta la posibilidad de victoria. Y cuando te enfrentas a un irremediable destino de perdición no sientes nervios o temor. Lo que sientes en ese momento no puede ser descrito por el ser humano. Cuando el monstruo al que te enfrentas es más grande que tú, no te quedan corazón que sienta cosa alguna. Golpear como gota de agua un mármol indestructible, y después caer sin remedio a la oscuridad de las tuberías. Cuando un ser humano comprende su frágil condición. No hay músculos, ni mortal entrenamiento que supla la debilidad que nos define.
Cuando un hombre anhela o pretende, sólo se está comportando como un necio.

jueves, 5 de diciembre de 2013

Eres libre, Perséfone.

Lamento haberte arrastrado a esta orilla 
de arrepentimiento y daño  inmerecido.
Lamento haber vivido escondiendo la mentira
me creí con derecho a todo lo ofrecido
cuando no merecías compartir mi pesadilla

Sé que sólo pongo escusas
y que la culpa es por entero mía,
sólo espero que perdones mis muchas
fallas contra ti, sin querer, cometidas

No soy buen ejemplo, ni un caballero
ni merecedor de alguna reverencia
sólo soy un imbécil, un teatrero
que no vio su cobardía en su demencia

Lamento que hayas salido mal parada,
nada mereces tú de todo esto,
el único responsable soy yo y mis palabras,
la ignorancia es tanta falta como el resto

A si que con esto firmo mi condena
y se pudre mi ser con mi error cometido
Y el último trozo de alma que me resta
reniega del monstruo en el que me he convertido.

martes, 3 de diciembre de 2013

Mis defectos y sus humildes escusas

Mi corazón trabaja por trabajar
mi alma está por cumplir
mis pensamientos sólo molestan
y entre todos alcanzarán a darme fin

¡Joder! organizaos
enfocadme hacia algún lugar
parecen todos jugadores
de poker en una timba ilegal
Y yo sus mujeres
les irrito reprochochándoles cada día
lo mal que cumplen sus papeles
y el daño que me causa su  anarquía

Pero así es:
yo no soy culpable de esto que soy
es que el conjunto que me compone
no sabe trabajar ni de seriedad
ni de mesura o de algún control
Y así me esculpen: deforme
ser revelde y alborotador
desordenado en todo cuanto hago
yendo todo mal, puedo asegurar:
si no fuera por mí, aun iría peor

No sabe nadie lo que es vivir
con corazón corruptor de su sangre
un alma abstraida en su arte
y una mente que no da de sí


Malditos los tres ¡ahí os pudrais!

 
Sé que no es muy artístico ni es mi nivel de poesía refinada habitual pero hay veces que te salen ranas. A todas se las tiene que querer igual aunque algunas merezcan más reverencia. Esta ha sido un poco burlona y cómica, una caricatura de mí mismo. Todos tenemos defectos.


lunes, 2 de diciembre de 2013

La legitimación de la corona.

Siento que aun no he sido presentado, y nada está más lejos de mi intención que el no ser conocido. Me llamo Príncipe, y soy el dueño y señor de este reino, construido a base de lamento. Desprovisto de un mundo sin aire que pudiese ser respirado inventé un mundo donde poder vivir lejos del ahogo de toda esta ciudad y sus pretensiones de desarrollo. Así pues primero, como en todo mito de creación, comenzó con una diosa.

La diosa que me rescató de la miseria. Yo huérfano de nacimiento, sin conocer alguien que me comprendiera a mí o a mi dolor, me dio un nombre y un medio por el que canalizar mis emociones. Me dijo que no estaba solo. Le dio voz y valor a mi persona. Yo que creí ser lo más ínfimo. Comencé a ver que importaba en alguna cierta medida. Mis lágrimas se hicieron rosas y sus espinas se me clavaron en los costados de todo mi cuerpo. Se me enroscaron en las extremidades y en el cuello y sangré de color negro. Y cuando de mí se desprendió todo ese residuo social que me había contaminado, empecé a comprender lo que era la belleza, el amor, el arte, pero también surgieron preguntas. Me detuve entre una multitud de frenético movimiento, me vi sólo, tal y como lo estaba antes. Antes solo me notaba así pero no era capaz de ver que lo estaba. mucha gente se movía a mi alrededor y descubrí un mundo monocromo, triste y apagado. Ahí comenzó la creación.


Visionando aquel paraje, yermo y sin vida, mi instinto me llevo a buscar salida. Pero ¿cómo y dónde? Todo estaba en mí mismo. Todo tenía que salir de mí. ¿Qué había en mí? ¿Qué soy yo? Soy sólo alguien que quiere algo distinto. Empezaron, pues mis obras y creaciones, mi misma alma materializada en palabras. Sentimientos y emociones fueron mi única arma. Vinieron las metáforas y con ellas mis primeros maestros, Baudelaire, Bequer, Valle... Había empezado una búsqueda dentro de mí mismo por el significado de un montón de cuestiones a las que mi sociedad no podía dar respuesta. Me sumí pues en un mar de cuestiones introspectivas a las que, yo solo, debía dar contestación. Y con esto en mente dejé guiar mi pluma por mi musa Mía y comenzar a describir este nuevo mundo de fantasía, alcohol, arte, y ocio débilmente lucrativo. Empezó a surgir materia mental de mis palabras, y esa materia comenzaba a ser hermosa, se ordenaba y florecía, contemple un reino en mi interior que había ido nutriendo desde niño pero que había olvidado en mi adolescencia. Mi reino volvió a mí cuando la noción de mi persona desapareció por completo. Mía me sacó de aquel ahogo mortal, tendió la mano, y ¿cómo rechazar tal oferta...?


Y hasta día de hoy. No me considero una persona feliz o afortunada, creo que soy un producto de mi mismo y eso me enorgullece, no debo nada a nadie ni respondo a nadie que no sea mi musa. Mis principios son los que son y mi vida es la que es, si no le gustan, lo lamento no soy Groucho Marx, no tengo otros. Mi vida y mis creaciones son lo único que tengo, mi inquietud es todo lo que me mueve. No es una vida feliz, ni sencilla. ¡pero valla si es llena!




Príncipe.

domingo, 1 de diciembre de 2013

Mi introspectiva y única paz posible

-Que pena que aquí no nieve
¿Verdad Mía?
si nevara podría parecer
que se purifica este alma mía
ahora, que es invierno, nevaría
y la nieve cubriría en su caer
toda esta ciudad
y a mí también.
Necesito frío
necesito renacer
de mis cenizas y a mi ritmo
de alguna forma u otra,
volver...-
Decía yo,
mientras amanecía
que bonito, el amanecer.

Parecía recoger
el alba la pupila
de mi musa ahora abstraída
-¿En qué piensas? Pregunté
-¿Soy realmente necesaria?
Pregunta como respuesta
no supe yo responder.
-¿Qué diantre dices, mujer?
si tu eres la única que sacia
esta amarga vida de hiel.
-¡No digo eso!
Tienes mujer que haga de mí
Tienes realidad, un cuerpo
porque aferrarte a ilusión infantil.
Suplí tu necesidad
cuando, solo, precisaste
de alguien a quien amar...
Pero ahora...
-Calla, no quiero escuchar más.
La realidad suficiente daño ha causado.
Estoy loco, lo sé, deja pues morir alzando
la voz, a este loco irracional.
-Tienes miedo de verte solo en tu soledad.
-Claro que lo tengo, vivo temiendo
por eso estás, y sanas
mis heridas de guerra de Troya
muero y en tu beso anhelo
maravillas jamás contadas.
 Vive tranquila sabiendo
que jamás humana habrá
compartiendo este cielo nuestro.



Este mundo es sólo mío, tuyo y nuestro

sábado, 30 de noviembre de 2013

Lo mejor para el hombre. Dijo. Seía no haber nacido

Las mejores historias son las que no acaban bien, son las únicas que hacen sentirte afortunado.

Me desperté ese día y ella no dormía a mi lado.
Me levanté lentamente de la cama y no estaba su ropa entre la mía.
Me fui a mojar la cara y ella no se cepillaba los dientes junto a mí.
Llegué a la cocina a prepararme el desayuno y tampoco la encontré allí bebiendo café mientras miraba por la ventana.
Fui a ducharme y no tuve que esperar a que ella acabara primero.
Volví a mi habitación a vestirme pero ella no seguía durmiendo en la cama.
Que solos estamos ¿eh Penélope? Dije a mi araña que tejía su tela en el quicio de mi ventana. Ella no me escuchaba. Pasaba de mí, ella solo tejía incansable y el frío de la noche y la brisa, día tras día, destrozaban su trabajo, pero ella volvía. ¿Por qué vuelves Penélope? ¿Cómo eres tan fuerte?

Y un día más salgo a vivir una vida con la que no comulgo. Pero en fin... Esto es lo que soy, nunca dije que aquí debiera ser fuerte. Y sigo noqueado en mitad del ring. Estoy apático, no quiero nada.

Sé que esto no durará para siempre, que alguna vez llegará otra princesa. Pero ahora mismo, no quiero eso, solo te quiero a ti como princesa, quiero hundirme en la nieve y morir pensando -o soñando- con tu rostro. Eso es todo cuanto le pido a la vida.

viernes, 29 de noviembre de 2013

El héroe que siempre quisiste ser.

La risa se apoderó de mí
Al oírme decir lo que decía
no podía estar más demente
no podía creer esa mentira

¿Yo convertido en príncipe?
¿Yo dueño de la poesía?
¿Gobernante altivo de cumbres
nevadas regadas en armonía?

Sí, sin duda un yo pasado
nunca creyera esto posible
no creyera ni aun jurando
este relato que hoy es firme

Fui un niño desdichado
inconscientemente príncipe
y al reconocer mi pasado
juré volver a reunirme
con mi corona y mi legado
y arrancárselo a esa esfinge
que tanto los ha profanado

Príncipe destronado
sonríe hoy como antaño
feliz, mas no ilusionado
pagó cara su piel
y hoy nace un nuevo día
y aunque despunta melancolía
es feliz mi vida esta vez.

Príncipe de tus quimeras
no dejes nunca de soñar
que bombee fuerte esa vena
que a todo ser vivo postre
a los pies de su majestad


viernes, 22 de noviembre de 2013

La roja debilidad

Había oscurecido hace poco y el bosque mostraba la más espeluznante de sus caras. Retorcidas formas formulaban árboles y todo tipo de plantas. El conejo que atravesaba uno de sus senderos se colocó el pañuelo que llevaba al cuello tiró de la cadenilla de su bolsillo y sacó su reloj. Debía apresurarse. Llegaba tarde.

-¡Alto! conejo. Ordenó una voz tras de él.

Tuvo que detenerse. Quedó complétamente inmóvil, de pies a cabeza. Sabía lo que él iba buscando, y la cosa empeoraba al saber bajo ordenes de quien actuaba. Su situación era muy incómoda, el sudor caía frío por su peludo hocico. Sus ojos negros escudriñaban el bosque oscuro en busca de alguna escapatoria. Pero nada tenía para librarse del cuchillo que tenía a escasos centímetros de la garganta.

-No te he oído acercarte. Respondió el conejo.

-Sí, he procurado engrasarme los engranajes. Sabes lo que quiero ¿verdad? He estado siguiéndote esperando a que oscureciera sólo para no complicar la situación. Sabes que nadie sale de noche a pasear por el bosque.

-No soy tan tonto como para llevar eso encima, a si que me necesitas vivo para decirte donde está.

-Si bueno soy un ser racional, no me gusta hacer daño, siempre y cuando no haya un motivo... y el no colaborar mucho me temo que lo va a ser. No puedo matarte es cierto... pero he oído que las patas de conejo dan buena suerte.... Dame tu cinto.

El conejo se desabrochó la hebilla de su cintura y su espada enfundada cayó al suelo.

-Ahora dime donde lo dejaste o tendré que llevarte ante la reina. Puedo no llevarte hasta ella, decir que llegaron en tu auxilio y tuve que escapar. No es un mal trato el que te propongo dadas tus circunstancias.

-El destino de todo este reino puede residir en esta conversación. Llévame ante tu reina de corazones, seguiré sin hablar.

-Lamento escuchar eso. Puso entonces una cuerda en sus manos. -Átate y no intentes engañarme, se cuando un nudo está mal hecho.

Se escuchó entonces un crujir de hojas y ramas procedente del bosque. Una fuerte ola de viento impactó de lleno contra el animal y la máquina. De nuevo crujir de hojas. -De prisa átate. Crujir de hojas. Del reloj que el conejo seguía sosteniendo en la mano sonó una breve música marcando las ocho. El bosque era espeso y retorcidas sus formas a si que no habría nadie capaz de darse cuenta de quien andaba entre el follaje, ni aunque el caminante tuviera, como era el caso, dificultad para hacerlo. Ajustó su rifle al hombro.

-Deja al conejo, hojalata. Ordenó la oscuridad.

-¿Quién eres? muéstrate. La luna salió entonces del follaje iluminando el alto sombrero y parte de la cara del pistolero.

-Señor soldado de plomo... En ese instante el conejo cogió una pasta de su bolsillo y antes de que el hombre de hojalata pudiera impedirlo se la comió, comprimiendo su tamaño y huyendo velozmente junto al soldado. Hojalata, por el apego que cualquier criatura tiene a su vida, no se movió. -Sabéis que la reina va tras ese libro y que no se detendrá sólo porque haya fallado esta vez. Puedo no mencionar tu aparición soldado, si me dices donde está. La reina no tiene ningún interés en ti. Me gustaría indultar también al conejo pero eso ya se escapa de mi poder.

-Eres sincero al menos. Pero podre vivir huyendo de esa bruja.

-¡Oh! no pongo en duda tu valor, sin duda tu hombría podría soportar tal persecución, pero no serías sólo tú, la reina es capaz de cualquier cosa, ya sabes.... Estoy seguro de que tú si puedes soportar cualquier carga pero... ¿ella podrá?





...




-Bastardo...



 
Uno siempre trata de ser un caballero, pero en el amor y en la guerra... todo vale, y hay umbrales que a uno no le queda más remedio que atravesar.

miércoles, 20 de noviembre de 2013

Manto de estrellas

Y es que en este mundo
no hago sino tropezar
¿Cómo sabré mi rumbo
si no se a do llegar?
Floto en un mar de dudas
y todo el cielo se abre ante mí
y no puedo corresponder tal regalo
yo no puedo ser feliz

Existe la poesía para el hombre
existe el hombre para la musa
pero ahora sólo hay seres sin nombre
y el arte no encuentra ranura
por la que escaparse
y yo no sé qué soy
ni porqué esta dura
vida que llevo hoy
no me sacia
si es toda azúcar.

Dime Mía, háblame.
¿Me escuchas?
Sé que estás ahí
a si que no huyas.
Siempre tras de mí
obra que el sueño desenfunda.
La Perla mayor, más oculta
el mayor tesoro existido
Perdóname por no darte escucha
en estos días que tanto he perdido

Trato de crecer y seguirte
pero es inútil intento. Lo sé
conseguirte es quedarme quieto
darte tiempo es el quehacer

Porque eres tú y soy yo
y los dos somos sólo uno
y aunque en este mar de sueños
no sepa quién o porqué soy
tu das sentido a mi existencia
eres lo eterno, en ti está mi valor

Fuera de ti, puedo morir
no me importaría irme
mientras quedes tú en tus letras
el mundo sabrá de este Príncipe

No quiero correr o avanzar
estoy cómodo donde estoy
y aunque expectante parezca inmóvil
perdurará esta gema que soy
A si lo has querido tú
Y a si te lo prometo yo



Precipitación.

El cuarto día del cuarto mes del curso Tear se acercó a hablar conmigo por el pasillo. Era un chico bastante bajo con el pelo alborotado, parecía un niño pese a que ya tuviera catorce años. Siempre habíamos ido a la misma clase desde que entró en el colegio cuando tenía once. Era muy tímido y apenas tenía amigos, si hubiese tenido que señalar quien era su amigo más cercano, hubiese dicho que era yo. Pero aun así tampoco teníamos mucha relación. Habíamos compartido habitación de residencia los primeros años y creo que era uno de los chicos más normal con el que había hablado. Nuestro colegio esta lleno de gente excéntrica, hijos de grandes magnates que se pasan el día maquinando como destruir el mundo o cosas similares.

Lo cierto es que no me extrañaba lo más mínimo, en nuestra ciudad-estado sólo había un colegio entre las altas esferas. El prestigioso "formador", encargado de convertir pequeños seres con graves carencias de cariño fraternal en insensibles máquinas de dirección de las grandes compañías de la ciudad. ¿Era lo mejor para nuestro futuro? la idea que nosotros pudiéramos tener al respecto no contaba en absoluto. Aun así pocos canalizábamos nuestra energía hacia otras cosas que no fuera el gamberrismo y los que lo hacían no duraban mucho tiempo en ser expulsados con la consecuente deshonra para la familia pudiente correspondiente.
La mayoría de esta minoria, desquiciados por la perspectiva de ser dueño de fortunas indecentes y los efectos secundarios de la consumición descontrolada de ciencia ficción de forma audiovisual, enviaban su odio producto de ésta desatención fraterna, hacia fines un tanto pretenciosos como la dominación mundial o la aniquilación de la humanidad. Tonterías de la edad para los psicólogos del colegio. Profesionales cuyo trabajo para con los estudiantes podría ser perfectamente desempeñado por el más analfabeto de los percheros del colegio. ¿Quién era yo entonces? Mi nombre era Francisc, era un chico de catorce años bastante estándar: no se me daban bien las matemáticas pero destacaba en los deportes, llevaba ortodoncia poco estética, tenía el pelo muy corto, usaba una 41 de pie, me gustaban los videojuegos y como cierta parte de los estudiantes centraba mis energías en un propósito más o menos corriente: el amor adolescente. Pero sobre esto hablaré más adelante.

Así pues, como digo aquel chico sin amigos vino a hablarme al terminar el cuarto periodo. Habíamos tenido matemáticas, y restaba una hora de clase para que me fuese a comer a si que no me apetecía hablar demasiado, sólo quería que la hora siguiente pasara rápido y descansar mis merecidas tres horas antes de las clases de la tarde. Hacia frío en la calle pero las estufas de los pasillos estaban encendidas así que se podía ir con la camisa del uniforme. Tear se acercó a mi de frente con un tetrabrik de leche. Se paró delante de mí cuando nos encontramos y me dijo que quería hablar conmigo. "Claro, adelante" respondí yo. Él buscó detrás de mí -pues mi fisionomía le tapaba la visión- y a su espalda pendiente de si había alguien. Obviamente había gente por los pasillos ya que teníamos un descanso, tan sólo con usar los oídos uno se daba cuenta de que estaba rodeado de gente. "No quiero hablar aquí" dijo finalmente. Era un colegio de gente bien estúpida, ciertamente. "Bueno pues..." intentaba escabullirme pero me cortó. "Ven a la azotea la próxima hora". "¿qué dices? no voy a saltarme una clase solo porque quieres hablar. ¿Qué quieres?" me estaba poniendo nervioso.  Lo debí intimidar porque me respondió nervioso:"Nada". Colocó un papel doblado en mi mano. "Busca eso. Si no estas interesado sólo ve a esa clase".
Dentro del papel había escrito un par de instrucciones. Entrar en una página web y clicar sobre un hipervínculo y luego otro. Pensé en hacerlo una vez hubiera llegado a mi cuarto pero la clase que tenía era bastante soporífera y tenía curiosidad, a si que cogí mi tableta electrónica que usábamos en las clases para buscar lo que me había dicho Tear.

Me levanté repentinamente y el profesor detuvo su explicación extrañado.
-¿Te encuentras bien hijo? Pareciera que acabas de ver un fantasma.
-No me encuentro nada bien profesor.
-Nicolás acompaña a tu compañero a la enfermería ¿quieres?
-No es necesario, algo me ha debido de sentar mal esta mañana, necesito ir al baño. Conozco el camino. Gracias. No le dejé responder salí corriendo por la puerta mientras me tapaba la boca y cerré tras de mí.

Llegué a la azotéa. Abrí la puerta y aquel chico me miraba con una sonrisa de oreja a oreja que no podía disimular. Aunque así lo quería.

-¿Se puede saber de que va todo esto? que sea el único que te ha dirigido la palabra no te da derecho a meterte de esta manera donde no te llaman ¿Me oyes?
Volvió a asustarse. Pero trató de templar el temor. Se le notaba que quería dominar la escena, como el malo de una película donde se encuentra con el héroe y pese a que este es más fuerte, el villano no pierde la compostura. Pero no lo conseguía, no le habría encajado ese papel, quizá el del compañero torpe del héroe le habría encajado mucho más.

-Lamento que te sientas así. Mi intención al enseñarte eso era la de hacerte un regalo. Una pequeña muestra de lo que te puedo llegar a ofrecer. Se empezaba a confiar y a mi se me hinchaban las narices.

-Mira no se que es lo que pretendes pero no tengo ganas de jugar a tus jueguecitos. No quiero nada de ti sea lo que sea. Vete a marear a otro ¿Vale? Y ni se te ocurra decirle a nadie lo que sabes. ¿Me has oído? Me giré dispuesto a volver a la clase y a atender los últimos minutos antes de comer.

-Las fotos que vistes... Las tomé yo. Dijo.

Me sorprendí.

-¿Y qué?- Yo si sabía controlar mi expresión facial.

-Pensaba que estabas interesado en ella.- Se levantó del suelo en el que estaba sentado. -Como digo...

-¡No, como te he dicho métete en tus asuntos!- Y me fui.

viernes, 15 de noviembre de 2013

Caida y condena.

Odio, ira, impotencia. Aquellos ojos sin duda daban miedo. Me tenia tendida en el suelo, con sus manos a escasos centímetros de mi cabeza, y mis piernas, enceradas entre las suyas. No alcanzaban a ser tocadas por su feroz piel, sin embargo, ninguno de mis musculos podían moverse. Sus ojos habían clavado un ancla en los mios. No es que no tuviera valor para desviar la mirada, es que ni siquiera comprendía que estaba aterrada. Sus sobrenaturales ojos pedían algo, algo que la cabeza no quería, el instinto animal había destrozado las cadenas que lo mantenían sujeto, cada encuentro conmigo había ido corroyendo esas cadenas y aquella vez el vaso había colmado. Como una furia sedienta de sangre. Se le veía temblar. Sus pelos erizados como escarpias. A punto de avalanzarse. Yo era tan pequeña y débil... pero rompía tanto sus esquemas...
Aquellos ojos me tenían hipnotizada. Me decían que me odiaba, que me iba a matar... Era una ravia incontrolada e irracional, me odiaba porque yo representaba lo indevido para él. Me odiaba porque yo era su más preciado deseo, un deseo que él no podía desear. Por eso, en la misma mirada que decía "voy a matarte" lanzaba un inconsumable deseo de poseerme, de violarme. Lo que pasa es que aquello, lejos de desagradarme y alarmarme en extremo, me gustaba... no, no sólo me gustaba, sino que me excitaba en gran medida.
El suleo estaba frío. Era un mes frío. La respiración empezó a elevarseme. Su odio se iba amansando despues de una eternidad de odio y un oceano de atrevidos deseos inmorales. Siguió sin decir nada. Pero como si toda esa furia lo hubiera dejado exhaustó, se desplómó a mi lado cayendo él también boca arriba. Había sido un fuerte acto de reveldía. No me esperaba nada como esto de él. Supongo que es un hombre al fin y al cabo. Giré mi cuerpo hacia él sujetando con una mano mi cabeza. con la otra empezé a acariciar su camisa. Tenía los ojos cerrados, tal vez durmiera ya. Pero sabía que me oíria. -Me alegra que lo comprendas. Eres mi pequeña y preciada marioneta a si que no te sobreesfuerces ¿vale? Sé que es difícil, que como hombre no puedes aceptar estas burlas y humillaciones, pero conoce tu lugar criatura. Te tengo sometido a mi voluntad. Dominado. No porque te pueda tumbar en el suelo e intimidar con una mirada de fuego, sino porque conozco cada rincón de tu mente. Cada pensamiento que te cruza. Puedo leer cada sentimiento en tus ojos como si estuvieran en letras mayúsculas. Callé un breve momento. Pero eres un chico muy sensible y me agradas. Ese arrebato que has tenido ha sido verdaderamente excitante, de verdad pensaba que ibas a estrangularme...
Me puse en pie y me quité un zapato. "serías tan amable de devolvérmelo cuando te levantes, esperaré despierta a que llegues". Acabada la frase me fui a mi habitación. Los hilos ya habían sido dispuestos y la noche prometía maravillas.


Pobre de aquel
que cumple con su naturaleza.
Pero si existe, por algo será
además de para complacerme.

jueves, 14 de noviembre de 2013

Sayônara

El final de la tormenta, 
la calle empapada
en mi portal mi cuerpo.
Mi mente con mi amada

El final de nubarrones
charcos infinitos
salgo a la calle y camino
aun chispea, hace frío,

Me hundo en la bufanda
me recoloco el abrigo
moja mi pia el agua
 de un charco profundo

Sigo andando meditabundo
que bonita que es la lluvia
así si es bonito el mundo.
Mira al cielo, mi amada
¿puedes ver el cielo que veo?
¿También llega a ti esta paz?
De veras lo espero...

Me detengo a mirar
mi reflejo en un charco
ondas deforman mi cara
y veo la tuya en mi retrato
y un ave cruza el cielo reflejado
y levanto mi frente a mirarlo
y una gota me cae en la cara
y viaja del ojo hacia abajo.

Vaya, pienso yo,
aun me quedan lagrimas que llorar
pero no me echaré atras
te prometí seguir y seguiré,
no importa el lugar
segiré por mi promesa
ese es el motivo de mi espada,
el seguir adelante, siempre
por mucho que duela y arda
en mi corazón siempre presente
bye, my dearest... sayônara

miércoles, 13 de noviembre de 2013

Raposa

Negra compañera mi sombra
siempre guardiana de mí
me recoge y escoge mis ropas
me acuna y me hace dormir

Tenue fantasma que flotas
tu marca es mi porvenir
te posas en mi centro y me abrazas
me dices que aun sigo aquí

Eres tu mi prueba fehaciente
de que hay un yo porque en ti
está la señal de que existe
aquel pobre loco infeliz
que todos los días suplica
pide por un rojo carmesí
que tiña su sombra del todo
y deje él su vida así

Sombra siempre compañera
a mi espalda te sabes erguir
con orgullo te llevas la luz
que me ciega cuando no se seguir

Eterna esencia pícara
que no habes más que mentir
que resaltas mi noble figura
aunque la mía no se ve así
Mi orgullo hundido en la bruma
el auxilio a donde me acojo
cuando suelto exhausto la pluma
Princesa de la tuna.
Ente eternamente solo.
fin y principio de todo.
Sombra de mi vida
cicatriz de mi existencia
ella, yo y la duda
náufragos en el cruda
realidad ultrafrenética


martes, 12 de noviembre de 2013

Camelia

Puede que alguien se haya preguntado sobre mi portada, antes era otra.


Entonces... ¿por qué ahora esta nueva? Sin duda puede parecer que me he alejado de mi esencia, de ser un príncipe que suspirando se acaricia el pelo mientras te dedica una mirada furtiva a pasado a ser una chica de estética manga con una espada. Bien, esto sin duda es puro simbolismo.


Se levantó en armas como el más fuerte de los hombres contra aquel que le había arrebatado todo, la realidad de un mundo pútrido e incoloro, insípido.
Las fuertes oleadas de viento acompañaban su escena de humanidad contenida. mientras bailaba ante él el carmesí del otoño. Tan sólo era eso, una débil flor sin rumbo ni razón de ser, pues no tenia campo en el que caer muerta, y vagaba por el aire buscando esa razón, ¿quien soy yo? ¿Por qué seguir aquí? Con estas palabras inicia el camino de búsqueda, de la búsqueda de si mismo, toda natura a su alrededor se encuentra despojada del arropo de hojas y el frío estremece las ramas de su jardín, mientras le dedica una mirada al cielo encapotado, mientras un cielo nublado arropa su soledad y le da calor. El granate es un gran color, es similar al rojo, pero sin la parte pasional e pueril. El granate es la sangre seca, la sangre de la muerte, de la venganza, el dolor y el odio. El granate es el que cambia sistemas políticos, el granate es la especulación del dolor, pero que a la vez lleva acompañado un fuerte sentimiento de esperanza. Sí, mi sangre es roja, ¿alguien más sangra como yo? ¿alguien más sangra al ver este mundo desfallecer, morir, ser sepultado? Nadie más ve como emigran los pájaros, nadie se fija en esas cosas ya, el cielo podría volverse granate y nadie se daría cuenta, todos están mirando hacia abajo, miran el suelo de fango de esta mediocre sociedad, miran porque tienen que llegar a sitios como máquinas, deben hacer funciones programadas y organizadas, mientras yo, miro el cielo sin preocuparme por caer, porque no puedo caer, porque estoy volando, y con mis alas me desprendo del mundo, y mi reino se encuentra ahí, entre las nubes, mi reino no es mas que un bosque, la fantasía y la magia de la inocencia, fui destronado de todo aquello, y sin ello yo... no soy nada, ¿qué soy yo? ¿un monstruo? ¿por qué seguir aquí? es algo que no consigo responderme, y mientras tanto el cierzo atiza mi aura y el carmesí de mi dolor me reconforta junto con este cielo encapotado, esperando que ahí fuera, en otro lado, alguien sienta como yo, la muerte del mundo y el imperio de este reino helado. Que ha usurpado su sitio. Y el tiempo pasa, los árboles siguen sin plantas, la magia se acabó y en mí se esconden las hadas, que no pueden salir fuera, pues el frío es su enemigo y necesitan ser vistas. Pero viajan por el cielo, y al cielo nadie mira hoy. Sólo yo, solo. Siempre solo estoy. En efecto, esa joven, soy yo. Y lo único que hay en este blog, soy yo y mi visión del mundo.

domingo, 10 de noviembre de 2013

When a man cries.

Tendré que esperar a otra vida para amarte como corresponde. Otra vida para despertarme a tu lado y darle a mi vida sentido con tu existencia. Otra vida. Te prometo, amor mío, esperaré las vidas que hagan falta para estar contigo. Esperaré siempre. No importa qué. ESPERARÉ.
Hace tiempo no sabía si debía estar agradecido o maldecir el haberte conocido. Pero hoy no tengo ninguna duda. Gracias, a Dios, al destino a quien fuera por haberte conocido. Pues nada dudo de que fuéramos hechos el uno para el otro. Y todo beso que no es tuyo me sabe amargo. A si que esperaré hasta volverte a encontrar. Hasta volverme a enamorar de ti en otra vida. Te esperaré no importa qué. Una vida, dos, tres... La eternidad entera esperaré a estar contigo... Poco tiempo para tal recompensa. Por acariciar tu pelo, para mirarte a los ojos y que tu mires los míos... coger una de tus manos, siento que por cada una de estas pequeñas cosas podría morir. Sólo la imagen de tu sonrisa ya llena mi corazón. Good bye my lover! Mi Laura, mi Beatriz. I'm waiting to you

sábado, 9 de noviembre de 2013

Cigarra reincidente

Que estudie algo que me alimente me dicen. Pero yo estudio filosofía. Desobediente, no por rebeldía, sino por inconsciente. Seguro sabría con un libro en las manos explicar las partes de mi cuerpo o los mecanismos de la informática, los astros, la historia, las lenguas, el ser humano o todas sus leyes. Pero eso a mi no me interesa. Fácilmente podría saber todo eso. Lo que de verdad me desconcierta es no saber quien soy o por qué estoy. Es una pregunta que no consigo responderme.
¿Preocuparme por comer? lo que de verdad me preocupa es no saber quien soy ni el motivo de mi existencia, no tengo razón de ser y buscarla es lo que da sentido ahora. ¿Comer? sí, cuando tena a alguien a quien alimentar. No, no soy nada previsor, pero prefiero morir en el frío invierno habiendo vivido una primavera, en lugar de trabajar una primavera para soportar un frío invierno.

Príncipe Destronado

La máscara que me ahoga

En una esfera de vidrio me hallo
En lo profundo de mi ser y razón
hay alguien que se mueve fuera
pero no, él no soy yo
No sé quien es y lo aborrezco
¿quién es ese demente impostor?
¿quién habita mi piel con tal descaro?
 ¿quién es él? ¿qué soy yo?
¿En qué me he convertido?
¿por qué me siento tan débil?
¿quién me ha vencido?
¿Y cuando? ¿y con que móvil?

Preso en el fondo de mi ser
sin poder salir ni expresarme
no sé nada. ¿que es esta noche
eterna? ¡¿dónde esta mi arte?!
¿Qué me ha pasado?
¿Acomodado? ¿yo?
con lo que yo he disfrutado
siendo maltratado...

¿dónde están los dias frios y desolados?
¿dónde están mis alas pesadas?
¿dónde mi infelicidad? ¿por que ya no hay versos?
si mi porqué sigue sin ser contestado

En el fondo de mi ser
preso me siento, enjaulado
¿quién ese ese que está afuera?
y ¿por qué se me parece tanto?

Mi piel la viste otro hombre
no son del principe sus palabras
hace y dice, pero es farsante
y me hunde con cada falacia

Soy un actor espléndido
mi vida no es sino teatro
¿quién soy yo? sigo perdido
mas no doy fin al espectáculo


domingo, 27 de octubre de 2013

El puente hacia la libertad

Primero nuestro maestro, luego Yahiko y ahora él. Tres son las generaciones que han intentado dar un cambio al rumbo del mundo. Tres son las personas que han dedicado su vida a ver florecer un futuro próspero. El maestro murió, cayó frente a su alumno, que errado, quiso ver el cambio en el dominio mediante el miedo y el dolor... Pero yo también era así... fue tan duro ver a Yahiko morir. Murió encargándonos a sus dos compañeros a quien él más amaba, la misión de hacer algo con esta tierra, traer la paz al país. Pero nosotros fracasamos. Ahora un nuevo despertar comienza. Él también fue alumno de nuestro maestro y, como en nosotros, en él reside la voluntad de cambiar el mundo, de erradicar la guerra. Él fue quien nos enseñó que aun había esperanza para el amor y la confianza, cuando nosotros habíamos hecho desaparecer esa idea de nuestra mente tras el duelo que sentimos tras la tragedia de Yahiko. Cuando le vi morir... Sentí que ya nada importaba en el mundo, que lo había perdido todo. Fue a morir a su mejor amigo con una sonrisa en los labios, consciente de que su muerte significaba mi vida, jamás nadie me había amado tanto jamás a nadie volveré a amar así. Pero él es una nueva luz. La luz que a nosotros se nos apagó con la mirada de mi Yahiko. Nuestro amanecer nublado teñido con la sangre de nuestro compañero está carente de luz, y la oscuridad es lo único que me acompaña ahora... Pero él definitivamente marcará el cambio. Será el remolino que acabe con la guerra y el odio, será el que traiga la paz a esta tierra, así lo creía nuestro maestro, y tras conocerle, Nagato y yo también. Y lo único que se interpone en su camino ahora eres tú, Madara. Por eso acabaré contigo aquí y ahora, el será quien lleve este pais y al mundo entero a la paz, y yo seré el pilar que sostenga ese puente, así como Yahiko fue el de Nagato, ¡Yo te abriré las puertas de este nuevo mundo, Uzumaki Naruto!

Konan Yutaka


sábado, 26 de octubre de 2013

Arsmonía

Ese instante en el que te reencuentras contigo mismo. Donde te niegas a aceptar el cambio y vuelves. Ese momento de plenitud al mandar el futuro al futuro y anclarte por un momento en el pasado. Me encanta ser yo, adoro vivir como nada en el mundo. Me gusta pero solo la parte de ser yo, el mundo resto me da más igual. Ese momento donde bajas el paraguas y la lluvia te empapa. Y recuerdas cuando eras niño, adolescente y tu corta evolución hacia la madurez y un mundo que deja de gustarte. Quizás todo esto sea síndrome de Peter Pan.
No... no creo. No es que no quiera crecer. Es que tengo miedo de enfrentarme a la realidad, al mundo, y que éste no me responda con el reflejo del espejo de mis ojos. Quiero ver el mundo y que sea tal y como quiero. Siempre acostumbro a decir que debemos hacer del mundo el sitio donde queremos vivir, pero no quiero tener que sacrificar nada. No quiero perder a mi actor, ni a Mía, ni a mi profunda laguna y mi eterno baño en medio de ella, no quiero ser comprendido, me basta con el arropo de mi arte y su calor. No quiero perder todas las personas que soy, mis máscaras y mis trajes, mis engaños y mis manipulaciones. No quiero perder mi palacio y principado, ni a las princesas de mis creaciones. No quiero perder mi bosque ni su magia, no quiero ver desaparecer a mis hadas en el polvo real. Quiero ser siempre débil y vulnerable, y estar escondido en ese pequeño rincón de mi ser donde nadie mira nunca.


jueves, 24 de octubre de 2013

Alcohol y revolución

La tarde transcurría con alguna tensión, propia de los momentos importantes como el que se adivinaba que sucedería esa misma tarde.
-¿Vas a salir? me preguntó mi borracho amigo Marco mientras manipulaba un canuto de marihuana.

Sin despegar los ojos de la pantalla del ordenador contesté. "No sé" creo que dije. No estaba interesado, era la típica persona que proclama a los cuatro vientos lo harto que está del mundo pero se limita a quedarse en su casa cuando las calles lo invitan al baile de la revolución. Ese era yo, egoísta y desencantado de la vida, peor que un perro si consideramos que no llegaba ni a la treintena. Un hipócrita, un bohemio, un filibustero de oportunidades con las que llenarse el buche y emborracharse. Aprendiz de todo y maestro de nada. 
En la habitación, el aire fue comido por el humo y me embriagué del olor onírico de la hierba recién fumada.
En la calle se oían tambores. Mi cabeza giraba en un carrusel de sueño y realidades difusas. Devolví el canuto a Marco. Le habría dado cinco o seis chupadas. Bajé a la calle a airearme y un ruido atronador me hizo perder el equilibrio. Desde el suelo, justo delante de mi casa un hombre me tendió la mano para ayudarme, sus ojos preguntaron a los míos si me encontraba bien, y su rojez debió contestar que solo estaba drogado. Una vez estuve en pie, él continuó la marcha de la gente que marchaba en grupos irregulares por toda la avenida en alguna dirección que desconocía. Había mucho polvo, o eso me pareció, la multitud daba mucho calor y empecé a empapar la camisa. me quité la chaqueta aunque era un mes frío y la deje sobre los buzones en el rellano de mi casa, la chaqueta era tan mala que dudaba que alguno de mis vecinos se rebajara tanto como para robarla. Volví de nuevo a la calle tras cerrar la puerta. Y una chica me salio al paso. Llevaba una camisa a cuadros sobre una camiseta muy escotada, no pude desviar la vista de sus pechos mientras le preguntaba a donde se dirigía la gente. Entonces la miré a los ojos, noté que lloraba con ellos, no sabía porque, supongo que algo le debía de haber ocurrido, ella tendría una vida al igual que yo tenía la mía no podía esperar comprender lo que sucedía sin saber nada de ella. Me cogió de la muñeca y me arrastró con la multitud. Noté que no dejaba de llorar. Sentía lástima por ella. Todo se volvía caos, los ruidos se hacían más fuertes cada vez, había banderas rojas cada tres o cuatro personas, no veía casi nada y me eché a reír a carcajadas, no tenía ningún motivo pero reía, de forma espantosa y ahogada reía sin parar. Tropecé con un contenedor y caí sobre la chica que aun me llevaba como si fuera un niño, reí aun más fuerte y con una mano empecé a tocarle un pecho hasta sacarlo de su ropa. La chica reaccionó escondiéndolo y me abofeteó. Se levanto, me levanto, yo simulaba seriedad aunque apenas pudiera contener la risa, la chica se había secado las lágrimas y continuaba guiándome como a un perrito perdido, yo ardía en deseos de besarla. Había fuego en una calle. se había quemado un portal la gente pedía ayuda y otros les auxiliaban, nosotros pasamos de largo, sólo mire hacia allí hasta que giramos por otra calle y no vi más. Todo era una marabunta de gente que corrían gritando libertad. Entramos en una calle ancha y me empujo contra un grupo de personas, estos me recibieron de la mejor de las maneras, me abrazaron y estrecharon mi mano, era un grupo muy grande, de comunistas o algún grupo similar, no me importó, estaba muy a gusto y los pechos de la joven me habían gustado a si que decidí continuar con ellos.
Sonidos de tambores y ruido, notaba que me iba despertando, fuertes olas de viento golpearon mi cabeza, el sudor de mi camisa me congeló todos los huesos.
justo entonces llegamos a una gran plaza donde una nube de personas eclipsaba el suelo que pisaban, habían infinitud de cabezas, cada una vociferando una canción de libertad, Un montón de vidas distintas habían convergido en aquel preciso lugar para una misma cosa, la insurrección me habría los brazos con aquella imagen, y tenia el aspecto de la más hermosa mujer desnuda, no intenté disimular y me uní a esa orgía de desobediencia civil que se abría en las calles. Una voz insonora nos llamaba a cada uno de los presentes. Cogí una bandera roja del suelo y me la eché a mi cuello que pedía a gritos abrigo por el frío al que le estaba sometiendo, el sol casi no alumbraba ya y el aire se había vuelto más feroz desde que salí de casa. Me senté en un escalón de la calle y una mujer con el pecho desnudo y una máscara de V de vendetta de miró. Yo sonreí mirándole los pechos. Ella se acercó y antes de que pudiese decirle una palabra amable, levantó su máscara hasta su nariz e irrumpió en mis labios con el más feroz y excitante de los besos. Se separó de mi y continúo su marcha reivindicatoria. Ese día había más arte en las calles de la que había visto en toda mi vida. entré entonces al bar más cercano a calentarme la garganta con algo alcohólico. Me senté frente a la barra y pedí un trago de absenta. Me lo sirvieron de inmediato, el bar estaba lleno, grupos de gente se reunían para escuchar a éste o aquel profesor de facultad marxista que les hablaba de ideales puros. La conmoción de la calle golpeaba las ventanas y las paredes con su estrépito, a nadie le pasaba desapercibida la marcha. No había terminado mi trago cuando alguien me tocó la espalda. Se trataba de Marcus. Me sorprendió haber dado con él.
-¿Cuándo has llegado? pregunté. Debido a la multitud no me extrañaba que hubiese llegado a ese sitio pero si que hubiese salido a la calle. Cuando lo dejé en casa parecía un deshecho, y ahora hasta parecía sobrio.
-Hace... Hizo una mueca pensativa -...mucho calor ¿no?
Me equivocaba con eso de que estaba sobrio. No me importaba tampoco cuando había llegado a si que tampoco insistí. Marcus colocó en mi mano mi cartera, me la había dejado olvidada en casa. Me subió la absenta y le di un fogoso abrazo de gratitud. Dejé unas monedas sobre la mesa, lo que me pareció más o menos el precio justo por el trago, con una propina por si me quedaba corto. Volvimos a la calle y al salir por la puerta tropecé con un hombre grande que casi me hizo caer a mi y a mi amigo que salía detrás. Me cogió de mi improvisada bufanda para no dejarme caer. Se disculpó sin mirarme mientras se abalanzó contra uno de los grupos, aparentemente para decir algo. Otra vida más que pasaba por mi lado y no comprendía. Lo que si comprendí fueron los gritos de una persona que entró gritando "La guardia nos ataca, los policías están atacando".
Maldije entonces el momento en que decidí tomarme un trago justo antes de que empezara una confrontación.
El caos se hizo mucho más grande ahora se escuchaban gritos de horror en la calle, los tambores ahora eran fogonazos. Velozmente entró un a persona vestida de arlequín a la cual no pude identificarle el sexo. Llevaba un gran paquete en la espalda oculto con una tela, se acercó al grupo más numeroso que le recibió amistosamente. Del envoltorio sobresalió lo que pude identificar como el cañón de un arma de fuego. Marco tiró de mi y salimos de ahí. Un camión con banderas revolucionarias arrancaba entonces avanzando lentamente entre la multitud. Parecía que el arlequín había salido de ahí. No lo sabía con seguridad, pero era un palpito de borracho que si resultaba ser cierto significaría que estaban armando a los revolucionarios y que las cosas se ponían peligrosas.

Aquella situación me parecía tan surrealista, desde que había salido de casa todo había acontecido de forma tan extraña que no pude hacer sino echarme a reír de nuevo de forma desenfrenada. Marcus me dio una bofetada, ya era la segunda que me daban, el alcohol ese día sólo me había traído bofetadas. Echamos a correr en dirección opuesta a la plaza. En las calles, unos minutos habían bastado para llenarlas de la arquitectura popular más hermosa, las barricadas.

Continuará... quizás...

miércoles, 23 de octubre de 2013

Dueño de la virtud

Hubo un tiempo en el que los adultos sabían cosas.
Conocían y no olvidaban
las cosas importantes, las minúsculas
esas que significaban el todo o la nada.

Ahora todo se ha olvidado
y el recuerdo arde entre llamas
del carbón que enciende las eléctricas luces.
El recuerdo, imperativo antaño, hoy falla
y no volverá a las mentes grises.

Y los ancianos quizás se sientan anacrónicos
se sientan cargas en los zapatos
pero lo cierto es que son los únicos
a los que envidio, ellos se han salvado
y morirán antes de vernos morir
en está patraña de porvenir
que nos hemos labrado.

Al diablo, el ruido y los rayos
recordemos lo importante que es mirarnos
lo importante de comprenderse
descubramos lo que es sentirse arropado
averigüemos lo que es levantarse
despertemos, que estamos soñando
y este sueño son sólo ilusiones.
Y, tal vez, cuando estemos arrugados,
y despertemos en el sueño de la muerte,
maldigamos nuestra desatinada vida
y exclamaremos con impotencia ¡¿por qué?!
¿no decidiste tú dormir acaso?
llora ahora, pues yo desperté
Viví empleado en grandes obras
disfrutando viendo las pequeñas suceder.
Si te limitas a soñar con tus sueños
te quedarás sin vivirlos después.


domingo, 20 de octubre de 2013

Cicuta para llevar

Una hoja que muere.
Una lágrima en el ojo.
Un piano que suene
en la nube que cubre todo.

Un cielo gris que apague
las ganas y el ánimo
y que en tu corazón con viento grabe
la tristeza y te vuelva apático

Una grieta en la ventana
cuyo reflejo muestre tu flema
Ese otoño que embriaga
Eso queremos los bilis negras.

sábado, 19 de octubre de 2013

who i am



¿Sabes que es lo que piensa un artista cuando ve a una mujer hermosa? En su cabeza, en ese instante en el que la encuentra con la mirada, se imagina como le haría el amor de forma apasionada. En que lugar, en que posición, incluso el momento del día si le da tiempo. En ese instante más o menos corto se imagina horas de intenso placer con esa mujer. Luego, cuando ha pasado, no se gira con intención de verla por la espalda. No está interesado en su nuca, su culo o sus piernas porque en su cabeza ya las ha visto desnudas, ha retozado con ellas, las ha palpado y besado. Eso es un artista. La persona inverosímil que desafía la lógica del placer haciendo tus deseos inimaginablemente más atrevidos y descarados.